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Silencio y rebajas

29/10/2023
 Actualizado a 29/10/2023
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Silencio en la noche, ya todo está en calma… lo cantaba Carlos Gardel en uno de sus inmortales tangos titulado, precisamente, ‘Silencio’. ¿Y el silencio de los corderos o, mejor, de las ovejas modorras? Pues igual. Todo es silencio y nadie se pone, siquiera, a tocar el violón. Con eso de la futura investidura del caradura (cacofonía de libro) presidente del Gobierno en funciones, en las sucursales de Génova repartidas por toda España han cerrado las contraventanas. El PP leonés no iba a ser la excepción. En su caso, a machamartillo. Y cuanto menos se vean las grietas en las paredes y techos, mejor. 

Pero ese atronador silencio tiene fecha de caducidad. No puede ser permanente. Imposible. Las fuerzas vivas del partido –quienes mandan y quienes quieren mandar– saben que eso de estar manga por hombro acaba en fracaso. Y no pueden permitírselo. Caro envite. Lo cierto y verdad –que decía un conocido de los de toda la vida– es que las aguas siguen revueltas y no acaban de clarificarse. En el Ayuntamiento de la ciudad ese es el panorama. Hay torrentera brava y caudalosa, si bien parece que no ocurre nada. Un espejismo, claro. El portavoz municipal, David Fernández, viene campeando el temporal lo mejor que puede y, a la vez, procura mantenerse firme para no dar que hablar más de la cuenta. Sin embargo, continúa con las espaldas abiertas. Y las puñaladas le rondan. En cualquier momento podría sentir los filos de ese acaudillado cuarteto que le ningunea en el salón de Plenos de San Marcelo. No hay peor cuña que la de la misma madera. 

Si el último rumor se confirma, si el PSOE y la UPL alcanzan un acuerdo para gobernar la Casa Consistorial leonesa, el PP ya puede coger el hatillo para iniciar, ligero, el destierro hasta 2027. Y las consecuencias huelga describirlas. De manera, que a la vista de ello el fracaso del Partido Popular no admite medias tintas. Si no han tocado pelo ni en el Ayuntamiento ni en la Diputación tiene su razonamiento. Los leonesistas, que tampoco hilan tan fino como deberían en los momentos clave, nunca estuvieron dispuestos a cogerse de la mano de la historiadora y candidata ‘popular’, hoy en el limbo político. Conocen el paño desde hace años. La conocen hasta las entretelas. Y en esa misma línea actuaron con el propuesto por la gaviota para el Palacio de los Guzmanes. No había comunión con el candidato. Sí con el alcalde de Almanza. Y eso lo sabía la presidenta Ester Muñoz desde el primer momento y se dejó llevar. De aquellos polvos, estos lodos.

Y este es el panorama de un Partido Popular en segundas rebajas. De una organización que ha dejado de ilusionar por sus propios deméritos. Para atrás, como el cangrejo. La pregunta es de lo más sencillo: ¿Hay alguien por ahí? Silencio en la noche.

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