Aunque él no lo ha dicho, seguro que por dentro lo ha venido pensando. Me estoy refiriendo a la visita que, el domingo pasado realizó a nuestra ciudad el presidente de gobierno, Pedro Sánchez, cuando con motivo de tocar el manido y esperado tema de la Feve fue esperado en León por los acólitos y fieles seguidores, se diga lo que se diga, para ver que hay de lo nuestro.
En este caso tres asuntos esperaban unas soluciones esperadas desde hace tiempo, a saber: Soterramiento ferroviario en San Andrés; llegada del tren de la Feve a la avenida padre Isla y la irrenunciable AUTONOMÍA LEONESA para el Reino de León, todo ello sin mirar para otro lado silbando como que aquí no ocurre nada.
Lo cierto es que aquí, cada vez tiene más vigencia el refrán, con raíces bíblicas, que dice «no hay peor ciego que el que no quiere ver», y, de esta forma, la mayoría de los que nos visitan, ni con gafas de muchas dioptrías saben lo que se siente, ni aportan soluciones a los problemas existentes.
En León es conocido el enfrentamiento que de desde hace años se viene produciendo entre nuestro Reino de León y la comunidad en la que estamos inmersos sin consultar, todo ello con la consiguiente perdida de habitantes, por nuestra parte que, año tras año se vienen reflejando en las estadísticas poniendo de manifiesto el que ni con la ayuda de los emigrantes llegados de otros lugares mas necesitados podemos contener la sangría ni la marcha de nuestra juventud buscando acomodo y estabilidad en el futuro para de esta forma, ir bajando, o subiendo, según como se mire. El problema está en la mala aplicación del dicho: «Donde hay patrón no mandan los marineros», porque en León, el reconocido alcalde José Antonio Diez, algunos de su partido le siguen mirando con el colmillo torcido pero, con la trayectoria que lleva, y por lo calle percibo en la calle, ya pueden ir poniéndose prótesis.
Sin levantar suspicacias ni sospechas, estuve reciéntemente tomando café con Ángel Villalba y Andrés M. Trapiello y considerábamos la posibilidad de volver a la política debido a nuestra juventud y nuestros amplios conocimientos en la materia y, ahí lo dejamos.
Yo me pongo en la piel de Pedro, pensando en los resultados obtenidos en su paso por León mientras, como decía el famoso cómico José Mota, «si hay que ir, a León, se va, pero ir ‘pa ná’ es tontería». Esto es lo que un servidor, como mero espectador, piensa.
Y como nos decía el padre de mi querido y desaparecido gran amigo Albino de la Varga cuando, como ya he comentado en otras ocasiones, nos emitía la siguiente sentencia, ante la justificación por nuestra parte de la llegada tardía de nuestro retraso nocturno: «No me presentéis mas gente que ya conozco bastante». Era un rapsoda tras el mostrador del desaparecido Bar Acuarium.