julio-cayon-webb.jpg

Revoloteos y aspiraciones

01/06/2025
 Actualizado a 01/06/2025
Guardar

Ala fecha los movimientos en el Partido Popular de León apenas si se notan. Como si revolotearan, tenues, por encima de las nubes. Pero existen. Las posiciones de quienes apuntan a tener protagonismo orgánico en la organización, se están decantando en pequeños grupos que, por el momento, no dan ni un ruido ni qué decir. Por el momento. Cosa distinta es que desde posturas silentes y hasta cierto punto estáticas estén preparando el camino por lo que pueda venir. La cuestión fundamental –que es la piedra angular del asunto- se centra en que a la presidenta de la sucursal de Génova en el leonés Paseo de Salamanca, se le viene acumulando el trabajo en Madrid, una vez que, cual corcel con la crin al viento, haya dado el salto a la política nacional con evidente protagonismo. Ester Muñoz, ahora, es uno de los puntales más destacados del presidente Feijóo y, también, uno de los látigos más blandidos del PP con los que flagelar a un PSOE en horas bajas. Su notoriedad, por lo tanto, está más que acreditada. 

En ese sentido siempre se ha dicho que, en política, el tiempo corre, endemoniado, más deprisa que en la vida civil. Y es una innegable realidad. Va igual que un tiro. Y así como a un ciudadano de café mañanero y tertulia apurada le parece una eternidad mirar, por ejemplo, al año 2027 -tiempo de elecciones municipales-, para quienes se mueven alrededor de las sedes partidistas, es como planificar unas cercanas vacaciones. Siempre están ahí. Colindantes. Y Ester Muñoz lo sabe. Y, en su caso, es muy complicada la bilocación para atender dos mostrados al unísono. O, mejor dicho, imposible. Eso, según cuentan las hagiografías, sólo ha estado al alcance de santos como Antonio de Padua o el seráfico Francisco de Asís. Y Muñoz, que se sepa, (aún) no lo ha conseguido, no ha podido duplicarse a la misma hora.

El asunto, en fin, es que la presidenta provincial pasa más tiempo en la capital de España que en el terruño. Y ello viene creando una cierta incomodidad tanto en la militancia activa –que en León no es cosa menor- como entre algún que otro soñador y postulante al trono territorial de la gaviota. O del charrán, dicho sea en su segunda acepción del glosario de la Real Academia. Y máxime, que la joya de la corona, es decir, la futura alcaldía del Ayuntamiento de León, está huérfana a día de hoy de un paladín claro que la pretenda. No por ganas de algún solicitante inmerso en la municipalidad –que existe- sino porque quienes lo veían con optimismo hace un tiempo, ahora tuercen el gesto. Cosas veredes, amigo Sancho. 

Y cosido con este hilo, en lo que tampoco puede caer el PP es en el mismo descrédito sufrido hace un par de años, cuando las cañas se le volvieron lanzas, por la manifiesta permisividad para con la candidata propuesta.  Sería imperdonable. Un caos.     
 

Archivado en
Lo más leído