eduardo-bajob.jpg

Recuerdos para otra vida

07/02/2024
 Actualizado a 07/02/2024
Guardar

En el mundo de la Filosofía son miles los idearios contradictorios que, desde la Antigüedad, no han sido capaces de ponerse de acuerdo. Son tantos como personas caminamos por la superficie de la Tierra. Pero, en suma, todo se limita a las corrientes idealistas o materialistas. Heráclito o Platón. Descartes o Marx. Y en medio, los estoicos, como Séneca.

En nuestros tiempos el idealismo está herido de muerte. Todos sentimos la incitación de la publicidad y de los centros comerciales, con sus luces, su abundancia y promociones; sea en tiendas físicas o en la red, donde encontramos de todo y adquirimos compulsivamente. Entre tanto el pequeño comercio familiar sufre los asedios de los impuestos y la falta de ayudas.

Llenamos nuestra vida de ‘telares’ bastante superfluos. ¿Quién no tiene el frigorífico lleno de imanes con referencia a los lugares donde pasó las vacaciones? La casa llena de libros, que ya no lees, discos que no escuchas, corbatas que no te pones…

Telares, repito, que en su día te deslumbraron y están arrinconados porque te cuesta desprenderte de ellos. Y las casas de hoy no tienen desván.

Por cada rincón o estantería, fotos de tus padres, de tus hijos o de tu boda que, por más que pases cientos de veces ante ellas, ni las miras. Aquellos vestidos que cada temporada, parecen más estrechos. Los muebles, los papeles y las cuatro paredes de cobijo donde convivían alegrías, sinsabores y esperanzas.

Todo un conjunto que conforma una existencia trazada a lo largo de los años. Cual las pinceladas de un retrato que nos recuerda que aún existimos. Lo que Neruda titulaba sus memorias ‘Confieso que he vivido’. Que estoy malviviendo, lo más normal.

Antes de que el humo se desvanezca, siento la desazón de ver a la gente de Valparaíso –que ironía– rebuscando, entre las ruinas calcinadas de sus casas, cualquier detalle insignificante que pueda rememorar cómo era su vida mientras fueron felices.

En unos meses el aire volverá a ser diáfano. Los medios se apagarán y nadie volverá a hablar de ellos. Con un poco de suerte les confinarán en un container, como los palmeros, buscar ayuda de la familia, los amigos o la vida en otra parte porque del poder, no van a recibir nada.

La importancia de ‘Aquellas pequeñas cosas» que nos canta Joan Manuel Serrat.

Lo más leído