Ponferrada templaria

Hacia el año 1118 o 1119, el francés Hugo de Payns impulsa la fundación en Jerusalén de la orden del Temple, que lidera como primer maestre; una orden que se convertirá rápidamente en una de las más importantes de la Edad Media. Apenas habían pasado un par de décadas desde la conquista de Jerusalén por la Cristiandad al término de la primera Cruzada, y los caballeros templarios se dispusieron a proteger a los peregrinos que visitaban los Santos Lugares.

En torno a 1178, el rey Fernando II de León permite a la orden del Temple establecerse en Ponferrada, haciendo suya una pequeña fortaleza –el hoy llamado castillo de los Templarios–, que consolida y amplía para defender el Camino de Santiago; y que estuvo en manos de la orden, probablemente, hasta poco antes de que el papa Clemente V –ante las presiones de Felipe IV de Francia– la disolviera en 1312. Jacques de Molay, el último gran maestre templario, fue quemado vivo en la hoguera en 1314, frente a la catedral de Notre Dame, acusado de diversos delitos religiosos…

Desde el 2000, Ponferrada retorna cada año a la Edad Media. Guido de Garda, maestre de los templarios ponferradinos en el siglo XII, ‘regresa’ a nuestros días para renovar el compromiso de la capital berciana con su pasado. La ciudad se ‘sumerge’ en un ambiente templario, con mercado, ordenación de nuevos caballeros… o desfiles, como el que culmina con el depósito del arca de la alianza y el santo grial en el castillo. Si no lo viviste el fin de semana pasado, tendrás que esperar ya hasta la primera luna llena del próximo verano…

Pero, mientras tanto, puedes seguir ‘enganchado’ a la Ponferrada templaria. Basta con visitar el castillo, que ha llegado a nosotros tras numerosas reformas a lo largo de su historia. Una fortaleza que cuenta en su interior con la exposición ‘Templum Libri’, que te acercará el saber medieval a través de decenas de facsímiles de exquisitos libros. Merece la pena, créeme. ¡Ah! Y durante julio y agosto, además, la biblioteca templaria del castillo acoge la exposición temporal “La época de las Cruzadas y los Templarios”.

Vamos, que habrá que pasarse por allí, ¿no?