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Pasó lo que pasó

13/09/2023
 Actualizado a 13/09/2023
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La deriva política del país no deja de sorprendernos. Incluso las recientes elecciones, que serían para mejorar convivencia dentro de lo que cabe, han abierto el plazo para urdir componendas en la oscuridad y crispar los nervios del español medio. Algo se ha visto, ante los intentos de acercamiento de un tímido Feijóo con un presidente en funciones, que no ceja en su asalto al poder. Una estrategia que recuerda más de lo deseable, los autogolpes que se dan en los países centro africanos.

El momento parece llevarnos al desmoronamiento de España. Con este fin, el presidente recoge los detritus separatistas, filo-terroristas y diputados de pesebre en su favor, para alcanzar socios garantes para imponer sus oscurantistas proyectos. El único requisito: seguir ciegamente por el camino de Sánchez.   Cuando creíamos haber tocado fondo, aparece en escena el delincuente, golpista y prófugo que no pisará la cárcel porque el gobierno ha saboteado la extradición, un juicio y una pena. En su propósito Puig… ha contado con tiempo y fondos del Estado para lanzar libelos y seguir dañando la imagen de España en sus «embajadas». Las pretensiones del separatista son contundentes y abocan a la separación de Cataluña y lo que venga. 

La ataraxia de la ciudadanía semeja a un síndrome de Estocolmo. Hace nada, todo el país se quejaba de la pésima gestión gubernamental de la pandemia. Un secuestro del Parlamento y de la ciudadanía. Y dejarla en manos de dos fiascos como Simón y el farsante Illa, con su inexistente equipo de expertos.  El interés por mantener el poder con mentiras y desinformación, era netamente superior a la preocupación de preservar las vidas humanas. Antes de las elecciones, la ciudadanía perseguía a Sánchez con abucheos y rechazos, como vimos el día de las FFAA; del paisano de Zamora que le increpaba, cuando se presentó en el escenario del voraz incendio: «¿Y lo vas a arreglarlo tú?». 

Lo vituperaron camioneros, agricultores, economistas, autónomos, estudiantes, guardias y la gente común en forma multitudinaria; Incluso los feriantes que estuvieron a punto de arruinarse… En el otro lado la gente guapa del cine subvencionado, amigos y progres como moscas zumbando en torno a la podredumbre de los ministerios. Fue desprestigiado hasta el punto de no aparecer en la calle y hablar sólo ante una comparsa militante. ¿Dónde andabais bribones cuando se celebraron las elecciones? ¿Sesteando en la playa? ¿Espantando la resaca? Tanta manifestación, tanto descontento, tantas expectativas despiertas y al final… votasteis por él y a punto de hacerle de nuevo presidente.

 

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