Pasa moreno, pasa con garbo, pero cuidado

Una vez dejada atrás la Semana Santa, y nunca mejor dicho, a tenor de lo Santa ybuena que fue con una semana en su totalidad como yo no recuerdo otra. Me refiero a en cuanto aclimatología y a la asistencia foránea ya que este año no se ha tenido que suspender ninguna procesiónpor causa del tiempo, cosa que agradecemos tanto a los de aquí como los miles de visitantes de afuera que coparon en su casi totalidad las plazas hoteleras y de restauracióndisponibles de las que disponemos y todo ello a unos precios nada desdeñables en cuanto a la actividad hotelera, cosa que a mi no me acaba de parecer bien. Porque, digo yo, si durante el año los precios, sobre todo en la sección hotelera y de alojamiento, se mantienen de manera generalizada y normalizada, no es normal que en estas fechas se graben hasta un cien por cien por encima de las tarifas aplicadas durante el resto del año, máxime cuando, por desgracia, en nuestra provincia tenemos una casi total dependencia del sector servicios. Yo desciendo de una familia con muchos antepasados dedicados a la hostelería por lo que soy un firme defensor de la misma, yaunque parezca que, en algunas ocasiones, me meto con ella, nada mas lejos de la realidad sino que lo que pretendo es de que, quizás, por una mala gestión, acábenos con la gallina de los huevos de oro y nos quedemos como el ( hablando de gallinas) gallo de Morón : «sin plumas y cacareando».

Una vez hechas estas consideraciones me alegro sobremanera de contar con una hostelería que, aunque en estas fechas han tenido que echar mano de muchos trabajadores quizás no muyexpertos en la materia, tengamos unosprofesionales de la hostelería y restauración de muy alto nivel. Ya sé que estas avalanchas de clientes no abundan durante todo el año, pero, con se suele decir,menos es nada, cuando además según el trato que demos a nuestros visitantes estos actuarán como voceros de las excelenciascon que nuestra provincia cuenta, que son muchas.A la hora de calificar la pasada semana (que fue de diez días) creo alcanzó un sobresaliente por lo queesperamos que en el futuro esto no quede aquí (que no sería nada malo) sino que con las instalaciones que faltan y que fueron prometidas por los diferentes gobiernos en esta época de pesca no se queden en promesas preelectorales por aquello de prometer hasta… y después de metido nada de la prometido, porque aunque no tenemos mucha industria ni grandes empresas, para fijar nuestros jóvenes aquí, tenemos una memoria de elefante para acordarnos de lo prometido.

Así que, queridos prometedores de todos los colores políticos, aquí seguimos esperando con los brazos abiertos a ver si esas promesas hechas se llevan a cabouna vez conocidos los resultados de las próximas elecciones. Para finalizar quiero hacer alguna consideración referida a los patinetes a motor que tanto proliferan últimamente, unas veces como medios de reparto, lo cual me parece estupendo, y otras como vehículos de ocio, para que cuando circulen por zonas peatonales moderen la velocidad con el fin de evitar accidentes indeseados. Ahora a la espera del verano queya queda menos. Un saludo y mis mejores deseos a mi compañero de opinión, y con una buena y afilada pluma en este periódico, Julio Cayón.