Alguien de Sahagún interrogaba sobre la existencia de un palacio real medieval allí, tras una conferencia. Comenté que sí, que lo hubo, que no hay duda. Es una cuestión relevante a la que se atiende poco en la villa y de la que no se genera información, a pesar de su valor histórico y de la luz que aporta sobre el origen del arte románico de ladrillo leonés.
La lógica dicta que en Sahagún hubo un palacio real medieval. Para entenderlo globalmente, hablaremos del momento más convulso del cristianismo, de su ruptura definitiva en dos bandos doctrinales: los cristianos católicos romanos, con su patriarca al frente, de un lado, y los cristianos católicos ortodoxos, con los otros cuatro patriarcados mayores (Constantinopla, Jerusalén, Antioquía y Alejandría), de otro. Juntos, constituían hasta 1054 la pentarquía, el gobierno universal de la iglesia cristiana mediante cinco patriarcas mayores. Roma rompió ese equilibrio y varios dogmas, separándose.
Ese lío monumental afectó lateralmente al reinado de Sancha y Fernando, pero el huracán religioso llegó sobre todo cuando su hijo, Alfonso VI de León, se coronó. El cisma conllevaba una fractura política, pues vino apoyado por los reyes francos. Alfonso se encontraba en una posición complicada, con súbditos cristianos hispano-ortodoxos mayoritariamente. Roma y los francos presionaron y cedió.
Supuso cambiar radicalmente la iglesia leonesa, que contestó y opuso resistencia. Alfonso utilizará una herramienta para lograrlo: la creación de un monasterio de franceses, con enormes poderes y directamente conectado con Roma. A ese centro político-religioso trasladó su residencia, adosando las reales habitaciones. Se convirtió en el nuevo palacio real. El monasterio fue, en realidad, su casa, destinado a ser, además, su panteón. Hablamos de San Benito de Sahagún.
Los reyes, desde Alfonso II de Oviedo, hasta la llegada de los borbones tuvieron su palacio en un monasterio, como El Escorial en el caso de Felipe II. Es un modelo palatino conocido. Por tanto, Sahagún fue sede regia y su palacio real era San Benito, aunque permaneciese la sede representativa del reino en el palacio real de San Isidoro. Lo regía la hermana mayor de Alfonso, Urraca, reina de Zamora y poder en la sombra.
Sahagún, sede regia, acogió una arquitectura desconocida, de origen franco y romano: el románico. Pero fue reinventado usando el ladrillo, tradicional en León: San Lorenzo, San Tirso y las parroquiales de Santervás, Gordaliza del Pino, Renedo, San Pedro de las Dueñas… forman un conjunto único y extraordinario, cuyo relato, con su palacio real al frente, deberían recuperar los facundinos.