20/04/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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No esperaba demasiado, les soy sincero, pero cuando conocí el elenco de artistas que participarán este año en los conciertos organizados por el Ayuntamiento para las fiestas de San Juan y San Pedro un pequeño sarpullido me brotó.

Y es que lo barato sale caro y en la cultura aún más. Un garrafón de rancios caducados en diferentes épocas y otros que se sostienen como pueden después de haber pasado de la primera línea a un discretísimo segundo o tercer plano dan a entender una clarísima apuesta por la cantidad por encima de la calidad.

Un cartel que debe hacer replantearse si la apuesta pública por el ‘todo gratis’ en este sentido merece la pena o si volver al sistema que en su día suponía una mínima expectación por la llegada de las fiestas es mucho más conveniente.

¿Alguien recuerda los llenos en el Reino de León con Shakira o Maná? ¿Acaso no sería mejor utilizar esos fondos públicos para ayudar a acercar a la ciudad un par de conciertos inaccesibles y al menos permitir que los leoneses puedan pagar la entrada por artistas de primer nivel?

Una línea que, por suerte, cuenta con la contraposición de la exquisita y cada vez más importante iniciativa privada leonesa en materia musical. Ayudar a quienes puedan ver la oportunidad de crear un evento importante aprovechando las fechas puede ser otra de las formas de rentabilizar ese dinero. Porque para bailar borrachos cuatro temas todos tenemos la fiesta de nuestro pueblo.
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