Javier Callado 2025

Miradores ocultos

09/08/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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Uno de los recursos más atractivos de nuestra provincia a la vez que menos explotado es el conjunto de miradores. Es frecuente que pueblos que apenas cuentan con otros atractivos dispongan de lugares con una perspectiva especial del paisaje. En León hay algunos habilitados, aunque curiosamente no suelen estar bien indicados. De hecho hay casos en que, tras una obra relativamente costosa, no se señaliza el mirador. Por el contrario hay otros, como el de Alija del Infantado, que sí se indican con acierto y profusión. La falta de indicadores hacia los miradores ya habilitados es una muestra de dejadez en la gestión municipal o concejil. La no habilitación de estas atalayas del paisaje demuestra poco amor por el pueblo. Si de verdad queremos a nuestro pueblo, lo lógico es que lo pongamos en valor ante los demás.

Personalmente continúo extasiado ante los nuevos miradores que visito en León. Encontré uno recientemente en Reliegos, a la altura del repetidor, con acceso fácil para cualquier persona. Las vistas sobre la vega del Esla y Lancia son espectaculares. El coste de preparar e indicar este lugar sería escaso, y atrae desplazarse hasta el pueblo para asomarse un rato y tomar después un café. Otro lugar impresionante para disfrutar una de las mejores puestas de sol de León es el mirador de Toldanos, a las puertas de la capital. En el acceso al pueblo desde Puente Villarente, debemos ir hacia las torres eléctricas. En su cercanía hay una explanada desde la que gozar de grandes vistas y atardeceres irrepetibles. El coste de su habilitación sería mínimo.

Por hablar de Ponferrada, hay que acercarse al pueblo de Otero, más allá del puente del Boeza. Tras pasar al lado de la iglesia románica de Santa María de Vizbayo llegamos a unas barandillas, en el propio pueblo, que nos proporcionan una de las vistas más bonitas de la puebla y del castillo. Pero un atardecer antológico es el que se disfruta desde la terraza del bar Ronda, en Orellán, donde la olla berciana va virando de color con tonalidades arcanas mientras las golondrinas horadan la tarde.

Valderas debería convertir en visita obligada su mirador, desde el que se divisan decenas de kilómetros de las vegas del Cea, un motivo más para volver ala villa. Y si nos vamos a la Cepeda ¿cómo puede estar sin indicación ni preparación la subida en coche al Cueto de San Bartolo? Si podemos ver el cueto desde la mayor parte de la provincia oriental imagínense lo que se puede divisar desde él: una perspectiva impresionante, con el embalse de Villameca a los pies. Es sin duda una vista de las más bellas de las que nos aguardan en estatierra leonesa.
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