Manolo el de la Calva

El pasado martes dediqué mi columna semanal al fallecimiento de Manuel de la Calva, uno de los componentes del inolvidable DUO DINAMICO. Como consecuencia de ello Manolo el del Rincón de Vale, manifiesta, recibí comentarios de pésame, aunque nada  nos unía personalmente, para comentar la noticia, como suele ser habitual, en el bar, que es donde en España se toman las grandes decisiones y donde,  habitualmente, nos reunimos para tomar  el primer café mañanero los amigos del barrio, o de su cercanía. La estancia en el Rincón Del Valle, así se llama el ya histórico establecimiento ubicado en la Avda. Padre Isla, frente a la Estación de Matallana, volviendo a destacar la  importante labor que desempeñó la línea histórica de ferrocarril  que transcurría entre   León y Bilbao  explotada por la antigua FEVE, con una longitud de 335km, considerado como el trazado  de vía estrecha más largo de la Europa Occidental ,cuyo fin consistía en acercar  el carbón de las cuencas mineras leonesas y palentinas para abastecer a la pujante industria siderúrgica  de Vizcaya. De lo que estaba hablando era de, cómo el buen ambiente predomina a diario (menos sábado y domingos que se dedican al asueto para compensar el resto de la semana).Entre los parroquianos – amigos, que en el bar nos encontrábamos-, comentábamos lo que estaban emitiendo en TV. Se trataba de un reportaje recordatorio del recién fallecido Manolo de La Calva, contemporáneo de los presentes, miembro del famosísimo Dúo Dinámico, a la edad de 88 años  cuando Manolo, dueño del establecimiento que siempre está ojo a vizor,  o mejor dicho, atento con el oído a lo que fuera de la barra se comenta, que es mucho, porque El Rincón del Valle, más que un Rincón, parece la salita de casa donde echamos unas risas mientras comentamos cómo marcha el gobierno, que de momento marcha con ayudas no deseabas en algunos casos. A lo que íbamos, como la mayoría conocíamos lo que el Dúo Dinámico supuso cuando estábamos en la edad, Manolo el dueño del bar, con cierta sorna  dijo, que él, en aquellos años, en se encontraba trabajando en la tierra de Manolo y Ramón, tuvo que firmar varios autógrafos debido a que su nombre coincidía con el del recién fallecido, Manolo de la Calva, y como ya entonces tenía una prominente calva propiciad por la escasez de pelo que aún conservaba, la confusión se hacía patente, hasta el punto que su mujer tuvo que recibir el pésame de algunos clientes que se habían enterado de la noticia por los diferentes medios. Cuando era pequeño escuché un dicho, que resaltando la habilidad de los feriantes decía: “se aprende más en un mercado en la Bañeza que tres años en la Universidad de Salamanca”. Ahí queda eso, pues en el bar de Manolo en ello se está.