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Los padres son los Reyes

10/01/2018
 Actualizado a 14/09/2019
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Igual que el protagonista de ‘Cien años de soledad’ nunca olvidó el día en que su padre le llevó a conocer el hielo, yo nunca olvidaré la noche en la que los Reyes Magos me trajeron el ‘Cinexín’. Ahora, escribiendo estas líneas, estoy viendo entrar a Sus Majestades en el comedor de la casa de mis abuelos y me veo allí de pie, tan pequeño, ante ellos, con los ojos como platos y el corazón desbocado, recibiendo de sus manos el regalo.

Porque en Benavides, Melchor, Gaspar y Baltasar, llegaban montados a caballo y repartían casa por casa, ayudados por sus pajes, los regalos a todos los niños. Luego me tocó a mí continuar esta tradición de ‘la cabalgata’ y tuve la fortuna de ser uno de los Magos de Oriente durante seis años.

La Noche de Reyes es una noche mítica para los niños. El mito es un valioso instrumento intelectual para hacer accesible la realidad a inteligencias tiernas. Ocurre a veces que el mito se desvanece antes de que la inteligencia haya madurado para comprender. Un día descubrimos que los Reyes son los padres, y creemos que hemos desvelado la verdad. Y esta verdad nos defrauda, nos decepciona, porque hemos perdido la belleza del mito y la realidad no nos parece tan hermosa. Nos sentimos engañados. Ciertamente estamos engañados, porque aunque creamos que sí, aún no hemos alcanzado a comprender la auténtica verdad. Y así pasamos años, demasiados, viviendo en ese limbo, purgatorio, que es saber y no saber al mismo tiempo.

Hasta que un día, acertamos a ver, ya sin velos que nos confundan ni equivoquen, comprendemos, por fin, en el orden correcto, que los padres son los Reyes. Y esta realidad que ahora ya aprendemos en su totalidad, es mucho más hermosa que todos los mitos: saber que nuestros padres son auténticos reyes. Nadie merece más el título de reyes que los padres buenos, que nos regalan la vida y viven por sus hijos.

Todo conocimiento es vano si no nos mueve a ser mejores. Nos falta un paso. Ahora que sabemos que los padres son los reyes, debemos comenzar a tratarlos como se merecen: como verdaderos reyes. Sirvan estas palabras como homenaje y agradecimientos a las madres y a los padres buenos, por ser el regalo más maravilloso.

Y la semana que viene, hablaremos de León.
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