La mayor catástrofe sufrida por la provincia de León en el periodo democrático es la oleada de incendios de este mes de agosto. Los montes leoneses fueron el centro de la crisis, desde donde irradió a Asturias, Castilla y Galicia. Esta tragedia se tradujo en la devastación de 120.000 hectáreas de monte.
El relato en los medios de comunicación cayó a ocultar el nombre de León en unos casos, propalando la mentira de los “incendios en Castilla (que apenas los sufrió) y León”. En otros, ante la continua retransmisión del fuego desde puntos de la geografía leonesa, quedó la idea de que toda la provincia se quemaba.
Esta imagen falsa, de un territorio totalmente asolado, debe ser combatida desde las propias administraciones culpables de la catástrofe. 120.000 hectáreas, siendo una barbaridad, permiten decir que hay otras 800.000 de monte que no se quemaron y que mantienen un paisaje hermosísimo, o que hay 1.400.000 hectáreas de León sin incendiar. Esa mala imagen generalizada está provocando todavía la cancelación de numerosas reservas en casas rurales y hoteles. La propia Vuelta a España ha mostrado un paisaje carbonizado, que en nada favorece el turismo. En consecuencia, por si fuera poco lo que ha pasado, la información imprecisa conlleva el descenso de ventas en alimentación y bebida, en regalos, en combustible y en otros consumos. Si no se revierte esta mala publicidad, se puede llegar al cierre numerosos negocios, que deben seguir pagando sus facturas sin ingresos.
Por ejemplo, ha quedado en el eco informativo que se han quemado los Picos de Europa leoneses. Sin embargo, en el Valle de Sajambre no hay afectación perceptible, pero sí cancelaciones hoteleras. En el Valle de Valdeón hay también zonas sin rastro de fuego. En muchos otros lugares, como la cuenca del Torío, el Valle de Viforcos o buena parte de Omaña no existe afectación. En consecuencia, los negocios de muchas zonas sin incendios están sufriendo el efecto de la mala información.
Dentro de las tareas de recuperación que dice prever la Junta de Castilla y León, culpable principal, debe incluir una campaña urgente de publicidad de zonas de León sin incendios. Si se atrae de nuevo a visitantes a las zonas no quemadas, además de visitarlas, podrán acercarse a las que sí lo están, para presenciar el sobrecogedor paisaje. De esta manera hay alguna posibilidad de paliar el enorme daño infligido por esta catástrofe. La Diputación de León debería hacer y ejecutar un plan publicitario de urgencia y exigir su financiación con fondos de la Junta.