Maximino Cañón 2

El León de Hermenegildo

01/08/2023
 Actualizado a 01/08/2023
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Pocos barrios mantienen las buenas costumbres con las que crecimos, como ocurre en el barrio de Santa Marina. Incentivadas en los días de su patrona por Hermenegildo López, profesor, escritor y sobre todo, como presidente de la asociación de vecinos el citado barrio, mantenedor de todo lo que rezuma a León, aunque yo, algo mayor que él, comparo recuerdos con lo sucedido cuando había pocas celebraciones gratuitas en las fiestas de los barrios, en este caso referidas a las del citado Renueva. Ellas gozaban de prestigio y seguimiento con gran asistencia de público.

Me acuerdo de ver a parejas bailar en lo que hoy es el cruce de avenida Padre Isla, Suero de Quiñones y Renueva lo cual deja entrever el trafico que entonces había. A Renueva, cuya celebración tenía lugar en la fiestas de San Isidro, le seguía en importancia y asistencia de público, la de Santa Marina.

El austero Ayuntamiento de la época colaboraba aportando la banda de música llamada municipal (que nunca lo fue, ni lo es en la actualidad) que, eso sí, con una puntualidad inglesa, a las once un punto, recogían los instrumentos y fin de fiesta y de baile.

La sensación de fiesta del barrio la daba, cosa que hoy día perdura, las colgaduras de cadenetas puestas por los mozos por las calles del barrio la víspera del inicio de las mismas. A mayor abundamiento, y para regocijo de los menores, se instalaba alguna caseta de tiro donde se probaba la puntería con aquellas escopetas de perdigón, algunas con el punto de mira torcido para hacer más difícil conseguir la muñeca o el paquete de caramelos de premio para llevar a casa, o entregar a la novia si la tenías, mostrando tus habilidades. Tampoco podían faltar los churros, los petardos y las bombas de las que explotaban al estrellarlas contra el suelo.

Aunque las cosas han cambiado sustancialmente. Ahora ya casi no se baila en las fiestas, exceptuado en bodas y similares, con la copa en mano. Pues Hermenegildo López, en su condición de vecino y presidente de la Asociación de vecinos de Santa Marina, lucha permanentemente por mantener tradiciones, cánticos y bailes que nos identifican y mantienen.

Hace unos días festejando la festividad del barrio pude presenciar las actividades que, de la mano del citado Hermenegildo, tuvieron lugar en los aledaños del arco de la cárcel con motivo de la festividad de Santa Marina, con la imagen de Don Pelayo vigilante con espada en mano, al tiempo que un grupo de folclore leonés, manteniendo nuestras tradiciones, para no olvidar lo que fuimos y lo que hicimos, interpretaba canciones de las de siempre, recordando que el folclore de nuestro reino es uno de los mas extensos de España.

Aquí, tenemos que reconocerlo, hacen falta muchos ‘Hermenegildos’ para que, desde jóvenes, hagan aflorar, y mantengan, nuestras costumbres y nuestra historia como máximo exponente de lo que somos y, sobre todo, de donde venimos.

Como conclusión diré que, sin querer comparar a Hermenegildo con la estatua del ilustre Rey Alfonso IX, sí merece un reconocimiento institucional (si no lo tiene) como premio al esfuerzo que, día a día, el reiterado Hermenegildo, lleva a cabo para que nuestros barrios pervivan en el recuerdo, sobre todo en la juventud que no conoció esos tiempos, sin olvidar que los demás también fuimos jóvenes. Mi reconocimiento.

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