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La Obregón y la aberración

01/04/2023
 Actualizado a 01/04/2023
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Cuando una cree que ya ha visto suficientes disparates en esta vida llega Ana Obregón y lo ‘peta’. Supera todos los límites de lo humanamente soportable.

Si bien toda España respetó su dolor cuando perdió a su hijo y se compadeció de ella (perder un hijo ha de ser terrible), ahora se está ganando a pulso convertirse en una de las mujeres más odiadas del planeta.

Se comprende el sufrimiento, se respeta ese dolor, pero para sobrellevarlo, lo justo y necesario es apelar a la fortaleza que todos tenemos dentro, aunque muchas veces cueste un gran esfuerzo lograr que aflore. Hay psicólogos, psiquiatras. Hay amigos, paisajes, centros de voluntariado. Si eso no te convence puedes incluso pagar compañía. Si la soledad te resulta tan amarga hay miles de personas en paro que por un sueldo razonable vivirían contigo, te acompañarían al cine y hasta te harían reír, pero lo que no se puede ni se debe comprar es una hija.

El vínculo de la maternidad es sagrado. O lo era hasta hace poco. Parece ser que con dinero todo es discutible. Me parece indignante, aberrante, repulsivo, y el hecho de que la revista del corazón más prestigiosa del mundo lo publique en portada como si fuese algo natural y positivo da cuenta de lo envenenados y anestesiados que estamos ante lo inadmisible. No puede ser que una señora de 68 años, por muy famosa y millonaria que sea, que lo es gracias a las exclusivas, pague a otra mujer para alquilar su vientre. La maternidad subrogada no deja de ser un eufemismo que encubre la explotación femenina. Mujeres pobres alquilan su vientre y ponen en riesgo su vida para cumplir caprichos de mujeres u hombres ricos. Basta ya. ¿Tanta evolución para esto? Si hay justicia en este mundo, Ana Obregón debería regresar a España esposada y la compañía que tanto anhela la obtendría en la cárcel. ¿Qué futuro le espera a ese bebé por encargo al lado de una excéntrica que podría por edad ser su abuela?
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