La Negrilla

28/05/2024
 Actualizado a 28/05/2024

Se hace llamar como un tema de Triana Pura, va por los pueblos amenizando verbenas y repartiendo chistes pasados de vueltas. Ya se sabe lo peligroso que resulta quien se cree gracioso sin serlo. No sólo es cuestión de ofendiditos ni ofendiditas, ni de tener la guardia demasiado alta o la dictadura de lo políticamente correcto: es que, en el caso de este singular hombre orquesta, por cada uno de sus comentarios se echan las manos a la cabeza cinco o seis personas del público, que se miran después sintiendo una mezcla de rabia y vergüenza ajena. Para debatir sobre los límites del humor, lo primero es que tiene que ser humor.

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