La farándula y la historia

En la ceremonia del ‘foro u oferta’ en la festividad de San Froilán de este año del Señor, un vez más la sempiterna discusión entre el representante del clero y el de la sociedad civil quedó en agua de borrajas. No es foro, que es oferta. Es oferta, que no es foro. Se refieren a la inveterada costumbre de que el Consistorio se acerque hasta el claustro de la catedral para ofrecer al Cabildo una ofrenda en agradecimiento por la intercesión divina en la batalla de Clavijo. Batalla que, concluida en victoria cristiana, con la ayuda divina, supuso el fin de la ofrenda de 100 doncellas que León venía obligado a tributar anualmente al Moro y que, con esa derrota, concluía.

Una vez más ‘la farándula y la historia’ se confunden y el síndico y el canónigo le usurpan su labor al comediante. Es el ‘panem et circenses’ de los emperadores romanos para tener a la plebe ahíta y aturdida, mientras las élites se forran a discreción. Es el engañabobos del futbol dominical para que los parados de larga duración puedan vomitar su frustración. Es el programa de la televisión en el que las ‘celebritys’ cocinan, o se pelean, o se refocilan, ‘coram pópuli’ y se exponen a hacer el ridículo por un pastón.

La fiesta de las cantaderas, con su sotadera de jefa de pelotón, bien se merecería otro marco de más enjundia cultural y que se pusiera en manos de expertos de la representación, y no esa chabacanería en la que las pullas y los chascarrillos ahuyentan y desaconsejan cualquier intento de inclusión en la gran guía cultural a ofrecer a los visitantes que acuden a ciudades con tanta historia a cuestas como León en busca de algo más mollar. Por mucho que este año, el canónigo, Don Mario González le reprochara al síndico, Don Pedro Llamas, el ocuparse más de la farándula que de la historia, por culpa de que éste le propusiese a aquel inmortalizarle en una estatua de bronce si admitía que las ofrendas las llevaba allí el Concejo por voluntad propia y no por obligación (Por oferta y no por foro ni por ley).

Al menos este divertimento no le cuesta al contribuyente los más de 100.000 euracos del embeleco del ‘plan estratégico de León 2018-2027’ y sus 45 proyectos para detener el galopante declive provincial. Que esta sí que es una farándula en toda regla, y a precio de oro, además. Este es un Masterchef al que solo le faltaría la ocurrencia de maridar orujo con moras dentro de un cáliz y dárselo a probar al personal.