Juegos de mesa

Las dinámicas de grupo, juegos competitivos entre los candidatos a un puesto, son ya norma en los procesos de selección de personal en el ámbito privado. Optas a un empleo temporal de reponedor de un supermercado y acabas tratando de descubrir al asesino y a sus cómplices con una carta pegada en la frente mostrando tu perfil más asertivo. Los entendidos de los recursos humanos aseguran que la actividad «funciona muy bien» y que es un cosa muy sana. Si es así, viendo que lo de modificar la ley electoral o cualquier otra ley que cambie el status quo es poco menos que una quimera propongo cambiar los procesos de selección de personal para los cargos públicos por juegos de mesa. Más o menos ya tengo preparado el plan. Empezando por lo que me toca, en las redacciones creo que sería fundamental una partida de Trivial antes de comprobar las dotes periodísticas del interesado. En los ayuntamientos, claro está, el Monopoly sería el juego fundamental, cobrando las 20.000 al pasar por el pleno, la especulación con las casas, los hoteles y, por supuesto, la cárcel. Para algunos consistorios no estaría mal el Twister, viendo lo colorido de las corporaciones. Y para la Moncloa propongo el Dixit, un nuevo juego en el que se liga una historia a una imagen, da igual cuál, la que más le guste al público. Por el bien de todos, especialmente de los políticos, no voy a pedirles a ninguno que jueguen a cosas como el Scrabble o el Tabú y creo que el Hundir la flota, especialmente en la Junta, podría dar muchas pistas de las aspiraciones de los candidatos. Para los miembros de las Cortes de Castilla y León bien podría servir el Risk y mover sus ejércitos desde los despachos de Valladolid hacia adivinen qué plazas de la comunidad. Sé que en los partidos políticos les encanta jugar al Quién es quién y que ahora ya se tienen que preocupar un poco más de encontrar apoyos, como en el Tres en raya. Por último, creo que para la Diputación provincial, el Palacio de los Guzmanes puede ser un tablero magnifico para Dragones y mazmorras.