08/11/2023
 Actualizado a 08/11/2023
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Seguíamos en manga corta en el mes de octubre y ya teníamos al entrar a cualquier supermercado los turrones colocados en las estanterías diciendo «cómprame». Y ya ni qué decir de la Lotería de Navidad que ya lo podemos empezar a comprar en pleno verano, de recuerdo del lugar al que hayamos viajado...

Algo a lo que ya estamos todos medianamente acostumbrados pero que no dejar de ser una de las coletillas de cualquier conversación cuando la magia de la Navidad empieza a palparse con 30 grados en la sombra. No obstante, más allá de la presencia de los elfos durante todo el año, considero que el ‘jet lag navideño’ ya se nos está yendo de la manos. 

Especialmente grave me parece ver como las luces navideñas de muchas ciudades ya están instaladas un mes antes de que se lleve a cabo el encendido navideño. Una instalación prematura para colocar dichas luces que, de hacerse más tarde, en el caso de la ciudad de León, pudiera haber evitado que los fuertes vientos del temporal ‘Domingos’ no hubiesen derribado una de las decoraciones luminosas para herir a una persona que caminaba tranquilamente por el centro de la capital. 

Ya dice el dicho que ‘Las prisas no son buenas’, pero nuestra sociedad cada vez está más empeñada en adelantar los acontecimientos y en sacar las cosas de su tiempo sin encontrarle un motivo coherente a dicho adelanto. Al ritmo que vamos, Papá Noel va a acabar entregando el ‘¿truco o trato?’ de Halloween y José de Nazaret asistirá al nacimiento del niño Jesús con un buen bigote con motivo de ‘Movember’. 

Para nada soy el Grinch, de hecho es todo lo contrario, me encanta la Navidad, pero siempre que se disfrute en su tiempo y forma. Sin embargo, sé que es una batalla perdida contra las grandes empresas que son las verdaderas interesadas de todo esto, incluso de la instalación con antelación de las propias luces para ir metiéndonos a todos el gusanillo de la Navidad. 

No me extrañaría que al paso que vamos acaben echando la culpa al cambio climático para decir que se adelanta la Navidad... pero yo seguiré resignándome. 
 

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