León es diferente en todo. Lo que en unos sitios funciona de una manera, aquí es justo, al contrario. Los éxitos ajenos, que en otros lugares sería causa de orgullo, aquí generan envidias… Somos tan peculiares que, en León, y sólo en León, los políticos disparamos a discreción a nuestros compañeros de partido, mientras que apoyamos a los de los partidos políticos rivales.
En ese sentido, quiero dejar claro que, en lo estrictamente personal, tanto el alcalde de León José Antonio Diez, como el secretario provincial del PSOE Javier Alfonso Cendón, me caen muy bien y quiero pensar que el cariño que les tengo es mutuo. También reconozco que mis mejores enemigos, mis odiadores profesionales, los que tendrán un lugar especial en mi sepelio para asegurarse de que realmente esté muerto (si no mueren ellos antes), los tengo en mi propio partido, que como casi todos ustedes saben, es el Partido Popular.
Este tema de los odios íntimos en el seno de los partidos es bastante común. Recuerden la frase de Konrad Adenauer en la que dijo que «hay tres tipos de enemigos: los enemigos a secas, los enemigos mortales y los compañeros de partido». Pero en León siempre damos una vuelta más de tuerca. Aquí no sólo nos damos navajazos, sino que también nos gusta darles publicidad y notoriedad, para que quede bien claro quién es el que empuña la daga, ya sea en un periódico, en un canutazo aparentemente casual o en el brindis de una comida de Navidad, cuando los asistentes empiezan el baile y encienden sus puros.
De ese mundo al revés en el que lleva León asentado desde hace décadas y donde nos encontramos a gusto, hemos tenido varios ejemplos esta semana en la que la proximidad a las fiestas navideñas parece que ha trastocado, aún más, a más de uno.
Por un lado, el alcalde de León, en su lucha particular por su supervivencia política, en lugar de alinearse con los líderes nacionales de su partido, ha sacado la artillería para decir que él nunca habría votado la ley de amnistía y por eso no le hicieron diputado y que pedirá el cese del ministro Óscar Puente si éste continua con sus ataques a León. Como les digo, esto es León y si tiene alguna opción de supervivencia, es precisamente atacando a su partido. Eso sí, luego a la hora de la verdad, Diez no deja de ser el representante del Sanchismo en León.
Por otro lado, la presidenta provincial del Partido Popular y el secretario general provincial del PSOE en nuestra provincia, acuerdan establecer reuniones mensuales, en plan buen rollo, para hacer un seguimiento de las promesas incumplidas en León. Ya les auguro yo desde aquí que ni esas reuniones van a tener lugar, ni menos aún darán como resultado que el PSOE cumpla por una vez su palabra.
Y, por otro lado, está el presidente de Diputación, el socialista Courel, que todo apunta a que estuvo reunido esta semana en el Congreso de los Diputados, pero que nadie sabe el motivo, más allá de que se acercase a saludar después de visitar Cortylandia en El Corte Inglés de Preciados.