«Guiri, you are not welcome»

Hace unos días se manifestaron contra mí. Estaba disfrutando de las vistas en el que se ha convertido uno de los sitios más turísticos de Barcelona cuando varias decenas de manifestantes llegaron con sus bocinas, megáfonos, carteles y gritos para plantear sus quejas. «No a la turistificación», se leía en algunas de sus pancartas. Los vecinos que viven en el barrio que acoge los búnkeres del Carmel, en Barcelona, denunciaban el exceso de ruido, la suciedad y las fiestas ilegales que suceden a menudo en el entorno. ¿La respuesta de los turistas? Grabar el momento con el teléfono móvil.

Lo cierto es que la Guardia Urbana ya ha tenido que desalojar la zona por exceso de aforo y todo ello por varios vídeos que alcanzan miles de reproducciones y ‘me gusta’ en una red social que venden este mirador como el lugar perfecto para hacer picnic y disfrutar del atardecer Es cierto que se trata de una de las mejores vistas hacia la ciudad condal que bien merece esa subida del demonio, y no es extraño que el lugar esté lleno, pero evidentemente no a cualquier precio.

«Hordas de turistas van, para ellos solo somos parte del paisaje, andan ajenos al desastre que fomentan, en el avión de vuelta lo comentan, pero no se reconocen como parte del problema», canta una banda creada entre el Masnou y Barcelona. Lo cierto es que las tendencias convierten ciertos espacios en lugares masificados y que el turismo beneficia a las arcas municipales y a muchos establecimientos de cualquier ciudad pero, ¿dónde está el balance? ¿Cuántos vecinos tienen que sufrir por el disfrute ajeno? En su momento me pregunté si era lo más adecuado que los manifestantes plantearan sus proclamas ante los propios ‘guiris’ o que mejor hubiera sido plantarse delante del Ayuntamiento. Me quedo con ambas cosas, y lo cierto es que confrontar nunca viene mal (o a mí por lo menos no me vino en aquel momento). Solo había que fijarse en las reacciones de todos los que estaban allí en ese peculiar escrache. «Dice el dicho que hagas lo que vieres allá donde fueres, pero si eres tonto lo eres allá donde vueles».