Javier Fernandez

Frenopáticos al aire libre

28/05/2025
 Actualizado a 28/05/2025
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Venía a estas líneas decidido a sacar el tanque, como me dice el director adjunto de este nuestro periódico, porque mi zapping tuvo la desgracia de coincidir con la rueda de prensa que dio Melody hace un par de días. No fue más que la enésima confirmación de que España se ha convertido en un frenopático al aire libre en el que el turista puede observar a su derecha a una tipa narrando con todo detalle sus aventuras imaginarias con Lady Gaga y a su izquierda, a un señor decidiendo con el espíritu de Barack Obama la destitución del seleccionador español de fútbol. Sin embargo, como soy de los que están hartos de que se dé bola a los especímenes hambrientos de foco mediático, prefiero cambiar de tercio por esta ocasión.

Hacía mucho que no trataba el cada vez menos noble deporte del balompié en este espacio, y creo que no hay mejor momento que este para retomarlo. Y es que, hablando de frenopáticos al aire libre, Ponferrada se ha convertido en otro. Hasta el sábado pasado, paseara usted por donde paseara, no escuchaba otra cosa distinta al «que yo sé que no, pero ¿y si sí?», al más puro estilo José Mota. Y al minuto después de confirmarse el más que probable «no», en cada esquina de la ciudad comenzó a retumbar un «aquí siempre fuimos de subir en liguilla». El que no se consuela es porque no quiere.

No ha sido una temporada fácil para la Deportiva, al menos haciendo caso al discurso del aficionado promedio desde julio. Un entrenador sin experiencia, una plantilla de zarrios sin gol ninguno, un director deportivo que no distingue a un diestro de un zurdo... y fíjese usted, a un gol del ascenso directo. Qué cosas tiene esto. Tengo muy claro cuál ha sido el mayor problema de la Ponferradina para que todo haya sido negro hasta ‘ayer’: que el primero ha sido el vecino. Ni más ni menos. Con el Andorra en cabeza el entrenador hubiera disfrutado de un tiempo para instaurar su idea, al director deportivo se le hubiera concedido el beneficio de la duda para ver si sus apuestas eran acertadas, y a los delanteros se les hubieran reconocido más méritos que ayudan a armar el equipo más goleador de la liga. Aunque claro, el vecino era el primero, y eso nubló durante muchos meses todo análisis racional.

Pero, como digo, esto es un frenopático al aire libre y ha llegado la cordura de la noche a la mañana. La ciudad respira ilusión, respira hambre, respira fútbol. La Deportiva ha enganchado a la parroquia justo para el momento crucial del año. Ojalá quede esta temporada para el recuerdo como aquella en la que no valía nadie... pero ascendieron todos. Esquerdo abrió las puertas del manicomio; ahora, que no se cierren hasta Lazúrtegui.

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