Con las cosas de comer no se juega, recuerdo que te decían cuando, jugando con otros niños o familiares, te dedicabas a tirar trozos de pan a los demás, cosa que a mí, personalmente, me sienta como una patada en la espinilla por no decir en otro sitio.
Para ponernos en situación no hay más que ponerte en contacto con amigos y familiares para fijar fecha donde celebrar una comida o cena, como preámbulo de lo que se nos avecina, en materia de alimentación colectiva, como si ello viniera a subsanar o a compensar todo lo malvivido durante el año que finaliza. Es difícil escribir algo sobre las navidades sin caer en la repetición de lo que hemos vivido y sentido, normalmente acompañado de personas que en la actualidad solo las tenemos en el recuerdo perenne, e imborrable, pero sin sentir ese calor de cercanía que estos días se siente cuando te encuentras con quienes estando fuera el resto del año, en estas fechas vienen al reencuentro con su ciudad, la que les vio nacer, pero que por varias razones, sobre todo por la falta de oportunidades laborales, han tenido que dejar el nido para buscar cobijo allá donde lo pudieron encontrar. Hay una frase que me pone malo cada vez que la escucho, no exenta de razón, que dice así: «Es que como aquí no hay ningún sitio donde trabajar»... Yo me pregunto para mis adentros «menos mal que tenemos Universidad, y por cierto bien considerada, entre las mejores de España y del mundo según diversos ranking en el año 2025 y mejorando posiciones. De lo que se trata de que a ver es si es verdad lo de que, poco a poco, vamos mejorando y de esta forma los padres de los estudiantes puedan soportar la estancia de los hijos en León sin tener que hipotecarse.
El titulo de esta colaboración no es algo que se me olvide, ni mucho menos, lo que pasa es que a mí, como a muchos otros, con motivo de la entrada en estas fiestas, casi todos los encuentros se manifiestan con opíparas comidas que luego se rematan con las de obligado cumplimiento en casa y que lo malo es ver si eres capaz de dar salida a los kilos de más que, entre pecho y espalda (nunca mejor dicho), te has metido en las queridas navidades diciendo aquello de «un día es un día». Ja, ja y ja. Son fechas en que en las mesas familiares se pone como condición lo siguiente: Aquí de política no se habla, tengamos la fiesta en paz, porque, como ya sabemos, cada uno somos de una madre, que suele ser la misma. Quiero terminar comentando un dicho popular que escuché, o leí, que decía así: «cuando la política entra por la puerta, la justicia sale por la ventana».
De todo corazón, y con el sentimiento puesto en todos los míos, que creo son muchos, «¡Feliz Nochebuena!», y como se decían dos amigos al despedirse en estas fechas , que pases una noche nuena que no es lo mismo que una Navidad. Como el tiempo todo lo cura y lo aclara, de mayor entendí el dicho. En fin, a disfrutar con las luces que el ayuntamiento ha instalado en varios sitios de la ciudad para que, de esta manera, aunque al ir alumbrado, evite el dar tropezones a la hora de recogerse en casa. Un abrazo navideño y hasta la próxima, que será pronto.