El domingo pasado, después de votar, nos fuimos con nuestros sobrinos de Galicia a un ‘escape room’ que teníamos reservado. El juego de escape estaba en Lugo y antes de ir hicimos un poco de tiempo subiendo al paseo de ronda de la muralla. No nos valió como entrenamiento para el juego porque ese paseo de ronda romano tiene pocas entradas y salidas, como los resultados electorales en España en otros tiempos.
Para quien no sepa lo que es o nunca lo haya hecho, un ‘escape room’ es un juego que consiste en meter a varios jugadores en una habitación e ir descifrando una serie de acertijos y de enigmas ligados a una historia. La solución de una prueba te va llevando a otra y el propósito es resolverlas todas y lograr salir de esa habitación -o habitaciones-.
Encontrar cómo salir del juego es conseguir la victoria. Y debe hacerse en un tiempo determinado. De lo contrario, has perdido. Utilizando como metáfora ésta del ‘escape room’ que me ha salido al paso, tendría que decir que, si no se encuentra la salida a tiempo, habrá repetición electoral.
Como ya habíamos hecho varios juegos de ‘escape room’, elegimos el más difícil entre los que nos proponían. Era un juego llamado ‘Escape of dragons’, cuya historia estaba inspirada en una mezcla entre ‘Juego de tronos’ y ‘El Señor de los anillos’.
Durante el juego apareció el conocido como Trono de Hierro, forjado con las espadas de los enemigos vencidos. Era el que Alberto Núñez Feijóo se había traído de Galicia, pero resulta que ahora no puede sentarse en él porque no se había aprendido esa canción de Roberto Carlos que dice que quiere tener un millón de amigos. Tendrá que preguntarle a Santiago Abascal por qué no le ha funcionado el casco de conquistador que se puso hace un tiempo. También encontramos el Anillo Único, el anillo de poder que sirve para «gobernarlos a todos» y que es el que está buscando Pedro Sánchez.
Como ocurre casi siempre con los presagios, todo esto no lo comprenderíamos hasta unas horas más tarde, delante de la televisión, durante el recuento en esa noche electoral de infarto.