29/04/2015
 Actualizado a 17/09/2019
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Dicen que su ciudad está limpia y ordenada, y que cada vez está más viva en todos los aspectos. También que ha intentado destrozar la vida cultural, aunque sigue en marcha por el impulso de los pequeños bares que regatean sus imposiciones y prohibiciones. Es, ante todo, un polémico alcalde, porque León de la Riva lleva años faltando al respeto a decenas de personas. Ysi no que se lo digan a Carme Chacón o a Leire Pajín.

Lo que está claro es que el lunes dio una lección de escaqueo, de jugarretas dialécticas, de vieja política (hablo de la mala) y de echar las culpas a los demás, ya sean concejales de su partido o técnicos municipales. Pero sobre todo de estoicismo. No creo que haya leído a Epicteto, como hacía Conrad Hensley cuando estaba en la cárcel en ‘Todo un hombre’. De hecho, no creo que haya leído esta novela de Tom Wolfe, ni sepa siquiera quién era el pensador griego. Pero sí sigue esa filosofía de resistencia, de mantenerse ajeno a todos los que le critican, pensando en sus responsabilidad, sin asumir sus responsabilidades. ‘Hold the line’, que decía Toto. No es que esté mal esta forma de entender la vida, porque en algunas cuestiones es mejor seguir hasta el final, mantenerse firme, aunque solo haya como respuesta un indescifrable silencio. Pero De la Riva se ha mostrado siempre así, fiel a su ideario, que es la defensa de sus intereses (y ahí entran los que dice que son los de Valladolid) sin importarle desobedecer a la Justicia. ¿Será un buen ejemplo para sus compañeros de partido en León?
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