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Domingos de ayer y de hoy

13/05/2025
 Actualizado a 13/05/2025
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Cuando vuelvo de pasear cada domingo, al mismo tiempo que pongo en orden mis recuerdos y obligaciones para el día siguiente, pienso que el tiempo todavía no hace honor a la estación primaveral como lo demuestra el uso de las prendas que, salvo una juventud desafiante, se enfrentan en el atardecer a las bajadas de temperatura que, aunque estamos acostumbrados, nos hacen volver a sacar las prendas de abrigo aunque sea por poco tiempo y por las tardes.

Cómo han cambiado los tiempos, decimos los de una cierta edad. Ahora los días de fiesta se adelantan y se estiran. En los años en que quien esto escribe tenía, los días de asueto, generalmente, se limitaban a las tardes de los domingos y a las diez en casa como dios manda, frase que la mayoría de los padres manifestaban, aunque no fueran creyentes, rematando con la conocida sentencia de: «Quien no este en casa a esa hora se va a la cama sin cenar y mañana no sale».

Hoy día los días de fiesta se adelantan para los jóvenes de jueves a sábados y hasta altas horas de la noche, lo cual no deja de generar inquietud en los padres hasta oír la llave entrar en la cerradura de casa.

Nadie puede negar que, junto con los años, las costumbres y la tolerancia en nada se parecen a lo que en nuestros tiempos se imponía. Era una lucha continua en cada casa con hijos, y sobre todo con hijas, por llegar a la hora maldita.

Entre los múltiples recuerdos que uno atesora, siempre tengo uno derivado de cuando estando en el cine pasaje viendo la película ‘Irma La dulce’ en compañía de mi inolvidable, Mila, novia entonces, y esposa en el futuro, y viendo que la película se alargaba en su duración, lo que hacía imposible llegar a su casa a la citada hora de la cena, tuvimos que abandonar el cine sin ver el final y, apurando los ahorros que cada uno teníamos tomar un taxi para, como si de una carrera contrarreloj se tratara, con el fin de llegar como los ciclistas, dentro del horario previsto si no quería sufrir la correspondiente sanción inhabilitante para días posteriores.

Mi futuro suegro aunque era, y así lo demostró, un hombre progresista y comprometido, pero, como nos pasa a todos cuando ciertos comportamientos atañen a la familia, era de los de mantener una cierta disciplina domestica.

Cada uno lo vea bajo el punto de vista de los años vividos en relación con los actuales, sin olvidar las libertades imperantes en cada momento. Moraleja, hoy es fácil ver salir a chicos y chicas por la noche a la hora que en nuestros años de juventud nos recogíamos después de unos tímidos arrumacos de despedida con la novia, sin que la cosa fuera a más, dentro de los cómplices portales, que por entonces casi ninguno estaba cerrado con llave.

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