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Despedidas de soltero

05/05/2024
 Actualizado a 05/05/2024
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No queréis despedidas de soltero. Muy bien; a mí también me gustaría que a León sólo viniesen daneses con monóculo o sofisticados galeristas del Japón dispuestos a gastarse cinco ceros en su ‘tour’ por el románico de la tierra. Igual que vosotros, muero de lacha al ver esos disfraces ridículos que me llevan a pensar si esa peña se atrevería a ir así por su pueblo, si acaso escogieron la ‘Cuna del Parlamentarismo’ para el rito etílico prenupcial por seguir esa máxima de: «Aquí, aquí, que no nos conoce nadie».

Colocáis carteles en los bares dejando bien clarito que no, que no se admite ningún grupo conformado por un paisano vestido de flor más otros 17 ataviados de abejorros. O una simpática bebé de 39 años (bodas cada vez más tardías, ya se sabe), con pañal, biberón y séquito de amigas a juego. Coincido con el desagrado que me provoca estar tomando unos cortos y ver entrar por la puerta semejantes comitivas. Reflexiono sobre la necesidad de someterse a semejante escarnio, hoy que las redes sociales multiplican y transmiten las imágenes hasta el último rincón de la tierra. Medito en qué hay de divertido en ponerte una diana en la cara y decir “me caso” en uno de los países con la tasa de divorcios más elevada del mundo.

Tampoco os gustan los asturianos. Huís de ellos cuando bajan en manada en fechas señaladas y os reís en Semana Santa de cómo llaman ‘San Genarín’ al entrañable putero atropellado mientras cagaba. Del Duero para abajo proclamáis la hermandad transcantábrica y la unión que proporciona el bable, pero en verano no vais por Valencia de Don Juan ni aunque os maten y os visibilizáis como asturianófobos en el momento en que alguien, a las 8 de la mañana en algún prado de una fiesta remota, se quita la camiseta y empieza a tocar la gaita.

No os culpo. Ni tampoco os reprocho nada. Porque, Vicentín, todas éstas escenas no son muy distintas de las que liáis tú y los quintos de Los Galochos en las fiestas de la Virgen o, mejor aún, en la despedida de soltero de Josines en algún lugar lejano. Tampoco hablaré de la clase de pensamiento que os lleva a no ser capaces de hacer de tripas corazón y realizar un mínimo esfuerzo por soportar la existencia de los cuatro desgraciados que todavía quieren gastarse algo de dinero en tu tierra. Que tal vez penséis que la solución a la despoblación salvaje y el envejecimiento apocalíptico que nos acechan pasa por ser funcionario o hacerse onlyfans. Pero la realidad es que no hay monóculos ni galeristas. Y nunca los habrá.

 

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