08/06/2025
 Actualizado a 08/06/2025
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Para que los mensajes lleguen, calen hondo, es muy importante la contundencia de los mismos. Si te andas con chiquitas lo más fácil es que no hagas ni cosquillas. «La ignorancia es la madre de todos los vícios», pintó aquel en la pared. «Ya, ¿y qué?». Ya lo dice el Padre Martino, «de nada sirve lo de enseñar al que no sabe porque el que no sabe es que no quiere aprender». Cómo le va a faltar razón al tío Eutimio que dice aquello de que hay muchos sabios ignorados en los cementerios porque «si echas a maoler el molino de la lógica... al final te muele a tí». 

El mundo está lleno de viajeros al tío google que dicen frases que parece que tienen chupe, por las palabras, pero después la gente se mira como preguntándose ¿ya  ¿y qué?». Hablan como corrían los ‘runner’ delante de Milio el de Piedrafita, que se sentaba en un banco de la Serna y miraba cómo pasaban. Cuando te sentabas a su lado, sin mirar para tí, decía: «¿Ves la prisa que llevan? Pues no van para ninguna parte».

- ¿Y tú porqué lo sabes?

- Porque dentro de un rato vuelven, otra vez corriendo. A ver, si vas con prisa para ir podrás volver tranquilo. Vamos, digo yo.

Dejaba un rato de silencio y daba el último matiz: «Y además no corre nadie detrás de ellos». La verdad, tiene razón. 

Por eso no se puede andar con pijadinas de poca índole. Mensajes contundentes como golpes al hígado. Me acuerdo cuando lo de Riaño, que era ministro Cosculluela. Un día pintaron: «Sáenz de Cosculluela: Asesino de valles». Ya, vale. Después abreviaron algo: «Cosculluela, enterrador de la memoria». Pues sí, tiene poesía, no lo niego, pero la gente miraba con cara de «ya, ¿y qué?». 

Hasta que un día apareció una pintada enorme, corta, cargada de familiaridad con el ministro aquel que se reía en el documental: «Coscu, joputa», decía escueta y directa.

No se hablaba de otra cosa. 

Me acordé ahora porque fui al Barrio de la Inmaculada (que ya se puede decir Corea porque no es lo que creíamos) y nada más entrar hay una pintada que dice algo de Mañueco que no os puedo contar aquí, porque el corrector se pone como si fuera concejal de UPL en La Bañeza. No es joputa, advierto, tiene más pinta de maldición gitana». 
 

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