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Con la Iglesia hemos topado

22/10/2025
 Actualizado a 22/10/2025
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Me permito tomar este título de El Quijote porque la obra del Manco de Lepanto es inagotable, incluso cuando algún progre se empeñe en manosear la figura de Cervantes.

En sus dos mil años de vida de la Iglesia no han faltado controversias teológicas, cismas, cuchilladas, descalificaciones y episodios escabrosos. A la Iglesia se le podría aplicar lo que Cervantes dijo de La Celestina: “Libro a mi entender divi... si encubriera más lo huma...” y esta institución a juzgar por los últimos papados, tiene mucho de humano y no tanto de divino.

La figura del Papa, como sumo pontífice, es el motor que mueve la máquina de la doctrina, dirigida a los obispos, luego a las parroquias y demás estamentos; el último destino, los creyentes sin voz ni voto.

Después de Juan Pablo II, que forjó su fe, personalidad y compromiso entre los trabajadores de Solidarnosc -cuando Polonia estaba bajo las garras del estalinismo- nada ha sido igual. El Papa Francisco resultó simpático pero no resultó demasiado activo en las necesidades de adecuación de la Iglesia a la vida actual. Algo hizo sobre la regulación de las finanzas pero, no sé cómo ni porqué, pudo recibir en audiencia por varias veces, a un peronaje de tan baja estofa como Yolanda Díaz. Si esto era la modernización de la Iglesia, venga Dios y véalo. Algo de tiempo le restaría el fútbol y los ídolos de la cancha. En cuanto al Papa León XIV, su deporte es el de los gigantes del baseball. Pero eso, como lo de Francisco, es algo anécdotico.

Volviendo a la liturgia, el reciente Papa ha emprendido unas reformas brutales de escasa tolerancia y unipersonales. Entre éstas, las velas, el agua bendita, el velón pascual y el incienso, también fuera. Tampoco son bien vistas las procesiones.

Más trascendente es que personas del mismo sexo puedan casarse. La confesión tampoco importa; se absuelve uno a sí mismo y hala, a comulgar. En positivo, abrir la puerta al matrimonio de los clérigos. De la esquila que tocaba el monaguillo en los momentos más sagrados, no se dijo nada. Pero sí de 1300 especímenes de la liga LGBi, etc. que realizan el jubileo en la capilla sixtina. Cualquier día colgarán la bandera multicolor.

Pero lo más increíble es que El Vaticano habilite una Sala de oración para musulmanes en su biblioteca. “Disponemos de Coranes increíbles” -dicen-. Pero callan ante las masacres sistemáticas de cristianos que son cazados impunemente en muchos países islámicos: Pakistán, Angola, Nigeria, Siria, Afganistán, etc. Una práctica muy habitual es dinamitar los templos en plena misa o celebración religiosa. Decenas de miles por año.

Las reformas -el propio León XIV lo insinuó- aproximan los ritos católicos al Protestantismo. Pero si hemos de acercanos a los luteranos, ahí está la doctrina de Lutero, que se anticipó por varios siglos a las reformas que ha emprendido el Papa León.

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