Cae la noche

08/11/2023
 Actualizado a 08/11/2023

En la noche de los tiempos los hombres primitivos tendrían conocimientos de la mecánica celeste. La atmósfera era más diáfana y los astros, contemplados desde la puerta de la choza o la caverna, se veían más luminosos. Al cabo, el cansancio acumulado haría mella en ellos y se rendirían al sueño, con la inquietud de cazar un venado, jabalí o bisonte como los que adornaban los muros de la cueva. Sus principales ambiciones, eran vivir y reproducirse. Hoy en la Europa actual, hemos renunciado a la segunda opción.

Los árboles iban perdiendo las hojas, el suelo un tapiz de hojarasca por donde asomaban unos hongos timoratos. Las aves se habían ido y el bosque era «hermoso, sombrío y profundo». Tal como lo contempla el poeta Robert Frost. Y entre las brumas y el vértigo del tiempo, se preguntarían si con el paso de los días volvería la primavera.

La eterna duda que asediaba a la nobleza, el clero y la plebe, en la Edad Media –y a los del cambio climático–. La vida se había vuelto tan miserable que, el anuncio del fin de los tiempos, era casi un deseo. La Peste Negra no infundió muchos ánimos.

En otoño el tiempo parece detenerse y la melancolía da paso a lo lúgubre. El día de los Santos, recordamos a los seres que formaron parte de nuestra vida. Cuando aún está presente el zarpazo de la de la Pandemia que nadie vio venir y dejó millares de víctimas, en el abandono y el anonimato; sin un responso ni una oración, fueron desapareciendo con más pena que gloria. Más que un drama humano, se convirtió en un tema político de mentiras, negocios y eludir responsabilidades. Lo impensable sucedió.

El ciclo de las estaciones seguirá su curso, pero nos pillará mirando hacia el futuro sin ilusión, pues ya están aquí aquellos que se encargarán de enterrarnos en vida.

Como una profecía, la vida será dura y pesada, como una ‘Longa noite de pedra’. Poema de Celso Emilio Ferreiro. Del libro: ‘Viaje al País de los Enanos’ que encaja perfectamente con la situación de la España de hoy, hasta que San Juan baje el dedo.