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Astorga-La Bañeza

11/04/2024
 Actualizado a 11/04/2024
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Se acaba de conocer el acuerdo para que los teatros de Astorga y de La Bañeza se coordinen. Podrán ofrecer una programación complementaria y facilitarán el traslado entre ambos para llenar los auditorios. Es una noticia excelente que pone en valor la complementariedad entre las dos poblaciones.

Si bien consideradas individualmente son pequeñas ciudades con atractivo limitado, cuando se suman, las razones para acudir a ellas se multiplican. Astorga es la población que pudo ser capital de la provincia, pero no fue. Tiene una catedral notable, restos romanos, un recinto amurallado y el carácter comercial de una ciudad. Su imagen está ligada al Teleno y a Maragatos, aunque es cabecera de otras comarcas también, como La Cepeda o la Sequeda. Su oferta gastronómica tiene dos imágenes de marca: el cocido maragato y las mantecadas, aunque ofrece mucho más.
La Bañeza es una villa comercial que floreció dando servicios al entorno del bajo Órbigo, la Valdería, la Valduerna, la vega del Tuerto bajo y el Páramo. Dispone de un patrimonio modernista en sus edificios que se despliega en varias de sus calles, edificado por la pujante burguesía de inicios del siglo XX.

La marca gastronómica por antonomasia es la alubia, pero los imperiales tienen también una notoriedad publicitaria notable. Últimamente, iniciativas particulares han hecho famosos sus roscones de Reyes y la carne roja de buey de la zona. Si Astorga y La Bañeza tienen una limitación es que son dos centros de unos 10.000 habitantes, con una oferta de esa escala. Por el contrario, si lo que ofrecen en conjunto es su complementariedad, la oferta adquiere mucho más gancho. Hay solo 24 kms de autovía entre ellas, con un polígono industrial en medio. La lección de Villadangos, que no está en León, pero sí en medio de muchas poblaciones, podría trasladarse. El polígono de Riego de la Vega cobraría ese carácter.

Plantear una promoción turística conjunta, una política de promoción industrial compartida o la recuperación de un tren de cercanías entre ambas son caminos para un desarrollo al que, por sí solas, no podrían aspirar. La fijación de industrias de defensa, por ejemplo, es una oportunidad, si la captación de trabajadores tiene el potencial de una red de poblaciones en torno a este binomio. Lo mismo cabe en la atracción de empresas de alimentación. Con un aeropuerto a media hora, cualquier posibilidad queda abierta. La fuerza de esta unión multiplicaría las pernoctaciones turísticas en hoteles, potenciaría la fiesta de los astures o el carnaval. Lo primero que se requiere es voluntad política para explotar la proyección de esta alianza multiplicadora.

 

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