Oír el diálogo de grupos generacionales distantes entre sí es como escuchar idiomas diferentes. Al contrario de lo que pregonaban los profetas de la ‘aldea global’, tenemos hoy una sociedad más compleja de lo que lo ha sido nunca. Hay más diversidad que en ningún otro momento de la historia con una nueva peculiaridad: se ha trasladado a las ciudades. Hoy las urbes son más grandes que nunca, reúnen más gente y son internamente más diversas de lo que lo han sido jamás. Y esto tiene una incidencia en la impredicibilidad de lo que pase en el futuro, puesto que no se había visto una circunstancia como ésta antes.
Hace unos días me decía un amigo su posición sobre el conflicto catalán, dando por hecho que una mayoría de la población española estaría en su posición. Yo le comenté que, dentro de estar de acuerdo con él en casi todo, no era esta opinión la que marcaba la tendencia. Se sorprendió. Le dije: ¿te has dado cuenta de que los que tienen menos de 35 años ya no escuchan las radios que tu oyes ni leen los periódicos que nosotros comentamos? Sus medios de información son otros completamente diferentes de los nuestros. ¿A cuántos festivales masivos como los que ahora abundan han acudido los que tienen más de 50 años? ¿Cómo se divierten los jóvenes de 20 años? Más allá de los juicios de valor que se puedan hacer ¿no es completamente diferente a lo que vivió mi generación, la del baby boom?
Por ejemplo, en política, la gente más mayor se ha pasado la vida votando al mismo partido. Las nuevas generaciones toman diferentes decisiones para votar en cada elección. Cada vez hay más voto cambiante. Si antes un 80% del voto estaba decidido de antemano y el 20% restante decidía el ganador, ahora el voto fijo importa menos del 50%. Eso hace que los gabinetes demoscópicos se confundan continuamente y no tengan fiabilidad en sus previsiones. Supone también que el mapa político se fragmentará para una temporada muy larga (quizás lo que nos quede de vida) y que los que lanzan mensajes maximalistas, como si fuesen a ganar por mayoría absoluta, viven fuera de la realidad. Lo más probable es que cualquier nuevo gobierno sea producto de los pactos y los políticos tendrán que replantear muchas premisas de las que partían.
¿Y qué decir de los hábitos de consumo? Las compras por internet han cerrado cientos de centros comerciales en USA. Esa tendencia está llegando a Europa y veremos ruinas comerciales y centros de ciudades llenos de bajos comerciales vacíos. En León ya empezamos a sufrirlo. ¿Qué vamos a hacer para aprovechar esos espacios ciudadanos y evitar la degradación de los centros urbanos?

Abismo generacional y social
26/07/2018
Actualizado a
19/09/2019
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