Recientemente se nos invitaba a detener el reloj de nuestra vida durante 60 segundos y dedicarlos a pensar sobre lo que ha sido nuestra existencia.
Y luego nos hacía esta reflexión: ¿cambiaría nuestra manera de ver la vida si fuéramos plenamente conscientes de la suerte que tenemos? Sí, se lo puedo asegurar.
Hace años que veo y acepto la vida de forma diferente a como lo hacía antes.
Han sido más de 60 segundos los dedicados a analizar los más de 81 años que tengo y estoy contento y agradecido de la suerte que he tenido y sigo teniendo.
Son muchos los que creen en un más allá. No sé si lo hacen por su fe, o por egoísmo para que estoi no se acabe. En mi caso, estoy plenamente satisfecho de los días vividos.
Y no me importa si hay o no otra vida.
No tengo miedo a la muerte ni a perder los bienes materiales de los que actualmente disfruto, que son pocos pero suficientes para darles las gracias a quienes físicamente hicieron posible mi venida a este mundo, y si Dios existe, también a él.
No todo han sido bienaventuranzas. Los días tristes también han estado presentes, pero esos hay que apartarlos a un lado y disfrutar en nuestra memoria de los muchos momentos de felicidad pasados junto a nuestros seres queridos y que entonces dejarían de existir.
Lo he dicho antes, no me asusta la muerte, estoy preparado para cuándo quiera, pero no me puedo callar algo que no me gusta de ella, y es que será la culpable de no ver más a mi mujer, mi hijo y mi hija, tres nietas maravillosas y un nieto que es un amor.
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