El maltrato animal no se refiere solo a nuestras mascotas, los que más lo sufren son los cientos de millones de animales de granja que sufren hacinados en todos los rincones del mundo. En lo que a alimentación se refiere, el ser humano se comporta de manera irracional.
Matamos billones de animales para proteger a los animales que comemos, destruimos el medio ambiente para alimentar a los animales que comemos; empleamos más tiempo, dinero y recursos ocupándonos de los animales que comemos, que alimentando a los humanos que se están muriendo de hambre.
La tremenda ironía es que, después del enorme coste de criar a estos animales, nos los comemos y ellos nos matan lentamente. Y, en lugar de reconocer este sinsentido, torturamos y asesinamos a millones de otros animales intentando encontrar remedios a las enfermedades causadas, principalmente, por comer animales y sus derivados, principalmente embutidos y lácteos.
Es fácil encontrar información acerca del trato, sobremedicación y alimentación que están sufriendo los animales y de las graves consecuencias que está sufriendo la salud de quienes aun los consumen.
Según datos de las mismas empresas farmacéuticas, el 80% de los medicamentos que se fabrican son destinados a la ganadería. Solo este dato ya nos puede dar una idea del impacto sanitario y explica el porqué de la resistencia de las bacterias, que nuestro sistema inmunológico parezca volverse loco y del incipiente aumento de alergias y trastornos digestivos que sufre la población.
En mi familia ya cambiamos nuestros hábitos alimenticios hace años y el tiempo nos ha confirmado que fue una buena decisión.
Cambiar los hábitos para evitar el maltrato animal
07/04/2017
Actualizado a
19/09/2019
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