Muere en Arganza enferma de cáncer y sin conseguir acceder a ayudas sociales

Pedía un apoyo para cuidarla e incluso alimentos pero ni en Ponferrada ni en Arganza ni en Cacabelos se le concedieron, algo que se comenzó a tramitar el mismo día de su muerte

Mar Iglesias
20/10/2020
 Actualizado a 20/10/2020
Una de las últimas fotografías de Cristina Pérez, fallecida por un cáncer terminal y en situación de vulnerabilidad extrema.
Una de las últimas fotografías de Cristina Pérez, fallecida por un cáncer terminal y en situación de vulnerabilidad extrema.
Cristina Pérez agonizaba ayer, sabiendo que se iba, como sucedió a medio día, en su casa de Arganza, al lado de su pareja, David Pérez, al que había conocido en la  Plataforma de Afectados por Hipotecas, PAH Bierzo, y en el que encontró el amor que no pudo disfrutar demasiado. Un cáncer terminal que le detectaron en el mes de junio, cuando la pandemia también hizo que su diagnóstico fuera tardío y por teléfono se la iba llevando al lado de sus cinco perritos y entre una agonía que quiso pasar en su casa. Pero no esperaba que el final de una enfermedad dura y sin salida iba a tener una segunda zancadilla, la falta de ayudas, cuyo lamento se llevó.

Cristina y David han sido socios de la Plataforma de Afectados por Hipotecas, PAH Bierzo, y su calvario ha sido denunciado con dureza por la agrupación que ha sido la que finalmente les ha ayudado a sobrepasar el adiós con la mayor dignidad posible.

En los últimos meses, David había solicitado ayuda para que alguien en Servicios Sociales le pudiera ayudar a mover a Cristina, en silla de ruedas y muy débil «ni siquiera pudieron ponerle quimioterapia porque su estado era muy malo ya», reconoce desde la PAH Bierzo su presidenta, Flor Álvarez.

Pero las ayudas no llegaron «tenían domicilio en Ponferrada, pero allí no podían estar porque había un escalón para ir al baño y eso les complicaba las cosas. Decidieron irse a vivir a Arganza, pero la casa vieja que tenían no estaba en condiciones», relata Álvarez.

Cristina tenía cinco perritos y pidió estar con ellos y no morir en un hospital «y eso se respeta, pero con las condiciones que hay que hacerlo», dice Álvarez, porque asegura que tampoco se le puso un protocolo de cuidados paliativos para acompañarla.

«Nosotros nos hemos movido, hemos llenado la despensa de David y Cristina para una larga temporada, todos hemos aportado lo que pudimos y para ellos fue muy grande, alimentos frescos, de aseo y no perecederos, ese pijama que tiene Cristina en la foto es de mucho abrigo porque Cristina tenía mucho frío a todas horas, se lo regalaron unas de nuestras familias junto a los calcetines gordos». Fue lo que pudo hacer la PAH Bierzo y la única ayuda efectiva que finalmente llegó a la pareja, la de la calle, no la de las administraciones.

«En Ponferrada les dijeron que no entraba en sus competencias y en Arganza también, unos porque no estaba empadronada allí y otros porque no era residente». Ni siquiera consiguieron ayuda de alimentos y su vulnerabilidad avanzaba al mismo tiempo que lo hacía la enfermedad.

Necesitaban alimentos, ropa, el arreglo de su casa «que necesitaba hasta una desratización» y alguien que pudiera ayudar en el cuidado de Cristina y nada de eso llegó hasta que, desde el CEAS de Cacabelos decidieron ir a visitar a la pareja. Fue entonces cuando comenzó la tramitación de las ayudas «demasiado tarde. Cuando estaba presentando la solicitud me llamaron que estaba en sus últimos momentos», dice Álvarez con una impotencia incontenible «publicitan que dan ayudas de 90.000 euros a proyectos en África en Ponferrada y aquí no han sido capaces a resolver un caso de urgencia extremo porque no tienen competencias. Creo que no es de recibo que se permita morir a alguien así», dice dolida.

Es más, asegura que a partir de ahora denunciarán lo sucedido ante los ayuntamientos y a la Diputación de León con el fin de que se establezcan protocolos para estos casos que sobrepasan cualquier concepto que tengan perfilado en sus concesiones de ayudas «no se puede dejar en el desamparo a una persona de esta manera porque eso significa que no han hecho su trabajo y que tienen que irse porque no sirven para lo que se les ha puesto ahí», dice.

«Esperamos que de verdad tengan un protocolo para futuras circunstancias porque para Cristina ya ha sido muy tarde, ella no tiene la culpa ni su cáncer», deja claro Álvarez.
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