
– ¿De qué pecado te confiesas?
– De comprar toda la comida elaborada: caldos, hojaldres... Todo hecho, aquí sólo venimos y abrimos latas. ¡Que nooo, que es broma!
– Madre mía, estábamos alucinando... Y tú, cocinera, pecas mucho de gula?
– Me encanta comer y estoy todo el día con gula, todo lo que veo se me antoja...
– ¿Cuál es tu plato preferido?
– Menestra de verduras con lechazo. Al estilo de mi madre, lógicamente.
– ¿Y si todos hemos registrado los sabores gracias a la labor de nuestras madres, nuestras abuelas, por qué parece que en la alta cocina sólo hay hombres?
– Creo que pasa en todas las profesiones, pro pienso que están cambiando las cosas y aporto mi granito de arena para que cambie. Mi marido me apoya en todo: estamos los dos, cocinamos los dos, no es cuestión de sexo.
– Aquí, a medias, pero en casa... ¿quién maneja los fogones?
– Más bien yo, la verdad, pero igual también es porque Juanjo está más horas aquí... En el restaurante nos repartimos las tareas.
En Arzak conoció a su hoy socio y marido, Juanjo: Éramos 25 en la cocina, y claro, el roce hace el cariño..., cuenta – Con vuestros dos hijos, ¿quién hace de poli malo y quién de bueno?
– Él de poli malo y yo la buena (risas). Juanjo es más duro, yo soy una blanda.
– ¿A qué gran cocinero admiras?
– A Pedro Martino, asturiano. Me encanta todo lo que hace.
– ¿Y cocinera?
– Carmen Ruscalleda es mi pasión, me encantaría trabajar con ella, es mi gran ídolo. Aunque de todos admiro algo... Amparo Poínos, Palmira en Valladolid, Lobita...
– Y en esta casa, que no hay carta, sólo un menú cerrado, ¿cómo lo hacéis para parir cada semana un menú diferente? Lleváis 478...
– Como nos encanta cocinar, estamos aprendiendo constantemente, reciclándonos... Cada semana es un reto.
– ¿Cómo recuerdas la noche en que os dieron la estrella Michelin, quizá el sueño de todo cocinero?
– Si lo pienso me pongo a llorar, superemocionante... He tenido dos partos pero aquello fue como un tercer parto. No lo esperaba, me llaman, me lo dicen... Estaba sola con los niños en casa.
– ¿A sus niños les gusta la cocina?
– Cocinar sí, mucho, pero no les gusta comer... sobre todo a Alba... Ay, es duro.
– Y en esta sala, habréis visto un poco de todo... Una pila de anécdotas, ¿no?
– Bautizos, bodas, comuniones, enfados, pedidas de mano... De todo. Una vez hubo una bronca de mesa a mesa, fue horrible, y encima estaba yo sola... Empezaron a tirarse panes de mesa a mesa, y yo poniendo orden...
– ¿Qué tres restaurantes recomiendas de León? Y no vale Cocinandos.
– ¡Hay muchos! Pero mis favoritos de León son Becook, Clandestino y Restaurante Pablo.