Un gala algo menos tensa de lo esperado

El cambio de número del mago escapista Andrew Basso rebajó las expectativas de una gala internacional que cuenta con magníficas propuestas de la rusa Natalie Perova y del italiano Alberto Giorgi

Joaquín Revuelta
28/12/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Las dos primeras funciones de la gala internacional se vieron en cierto modo devaluadas por el cambio de última hora en el número que debía protagonizar el mago escapista estadounidense Andrew Basso, al que todos consideran el sucesor natural del gran Houdini. Problemas en la aduana con el tanque de agua utilizado por Basso para su número estelar ‘La evasión de la cámara de tortura del agua’ obligó al artista a sustituirlo por otro que entrañaba igual de dificultad, aunque tal vez menor riesgo, que también contribuyó a alimentar la leyenda del genial escapista húngaro, ‘La evasión de la camisa de fuerza’. No obstante, la calidad del conjunto de la gala internacional hizo que muy pronto el público asistente a la primera de las dos funciones de este viernes en el Auditorio Ciudad de León se olvidara del contratiempo inicial y se entregara al asombro y la diversión que proporcionaron todos los artistas presentes este año en el evento que sin duda mide la temperatura del Festival ‘León vive la magia’, una gala conducida con tino por el mago Karim, que supo conectar desde el primer momento con el público que llenaba el Auditorio leonés.

La pareja franco-rusa Lazer Wizards se encargó de abrir la gala con un número coreográfico de enorme vistosidad, en el que la tecnología láser contribuyó a crear un ambiente futurista. La rusa Natalie Perova dejó boquiabierto al patio de butacas con su habilidad para alterar el vestuario en un visto y no visto, mientras que los españoles Manolo Costa y Mindanguillo pusieron el humor y los trucos de magia en una gala que se encaminaba rauda hacia los números más esperados, el de grandes ilusiones protagonizado por el italiano Alberto Giorgi y su compañera Laura, donde destacan unos artilugios que remiten a los visionarios Julio Verne y H.G. Wells, y el escapista del italoamericano Andrew Basso, colgado por los pies y maniatado con una camisa de fuerza de la que no sin esfuerzo logra liberarse. Y como guinda al pastel, la magia de cerca del campeón mundial Eric Chien. ¿Quién da más?
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