Toño Benavides: "El punto de partida es la impresión recibida de niño"

‘León de leyenda’ es el título de la exposición del poeta e ilustrador leonés inaugurada el pasado martes en la galería Espacio _ E y que propone una visión personal de las leyendas recogidas en diversos puntos de la provincia

Vicente García
16/12/2023
 Actualizado a 16/12/2023
El poeta e ilustrador leonés estuvo muy bien arropado en la inauguración el pasado martes de ‘León de leyenda’ en la galería Espacio _ E. | VICENTE GARCÍA
El poeta e ilustrador leonés estuvo muy bien arropado en la inauguración el pasado martes de ‘León de leyenda’ en la galería Espacio _ E. | VICENTE GARCÍA

La exposición de Toño Benavides acerca de las leyendas leonesas es el complemento de la que se encuentra en el Camarote Madrid inaugurada a primeros de mes. En las dos podemos ver diferentes personajes pertenecientes a leyendas muy variadas, como el lobo, la tarasca, la mujer serpiente, el moro, la mora hilandera, l´Uyicón, las diversas facetas de las brujas, los aquelarres, las sirenas... una serie de ilustraciones creadas a partir de leyendas leonesas recopiladas en diferentes lugares de la provincia o bien fruto de recuerdos infantiles del autor.


Para Toño Benavides esto es solamente un acercamiento al tema porque las leyendas dan para mucho más y de cara a un futuro próximo considera la idea de publicar un libro, ampliando la nómina de leyendas y de versiones de ellas. Han preparado un soporte metálico para las ilustraciones que se pondrán a la venta la próxima semana.

 

Imagen Mostrando el cartel de una de sus primeras exposiciones
Toño Benavides mostrando el cartel de una de sus primeras exposiciones. | VICENTE GARCÍA

Su forma de trabajar es ir plasmando sobre el papel las imágenes mediante diferentes técnicas, que cita de este modo: «Carboncillo, lápiz graso, témpera aplicada con pincel, con la técnica del pincel seco, grafito, todo lo que pueda manchar un papel de negro, acabado con laca para fijarlo, porque son componentes que quedan superpuestos en el papel y a veces se pueden manchar».


Toño Benavides vivió su infancia en León, en Villaverde de Sandoval y participó muy joven en la exposición ‘El dibujo’ con otros artistas leoneses como Miguel Ángel Febrero, Juan Carlos Uriarte, Modesto Llamas...


Sin embargo, en busca de nuevos horizontes se fue a Madrid y cuando empezó a trabajar en la capital, Toño Benavides dibujaba cuentos infantiles para editoriales como SM, Edelvives, pero de eso hace bastantes años. Más tarde ha descollado como ilustrador con un importante éxito y en la actualidad ha regresado a León.


Este trabajo sobre leyendas no es un tema infantil ni dedicado a los niños, más bien es su mirada de niño puesta en las leyendas de su tierra y los recuerdos de infancia como dice: «Parto de un tema infantil, porque las impresiones recibidas en la infancia son las que mejor conservo y son la primera impresión que tengo. El tratamiento no es esencialmente infantil, los personajes a veces tienen unos toques más naïf en la construcción de las figuras, pero no está destinado en principio al público infantil».

 

Imagen La Vieja del Monte
La Vieja del Monte. | TOÑO BENAVIDES

Sus personajes son retorcidos, con gestos sinuosos, gestuales que para él «tienen una gran carga expresiva, podíamos encuadrarlos dentro de la corriente expresionista, que no me disgusta mucho esa corriente».


La forma de pintar es muy sinuosa como él manifiesta: «En mi caso todo está resuelto con curvas y ese uso de la curva está encaminado a componer el dibujo utilizando el espacio y haciendo una composición envolvente, sinuosa, dramática».


Las figuras son la base y el fundamento de la narración y como apoyo incluye en un tamaño mucho más reducido los elementos del paisaje y comenta: «los paisajes forman parte de la leyenda porque se localizan en un punto geográfico concreto y por lo tanto hay que reflejarlo de alguna manera, si no se dibuja el lugar exacto, sí esa ambientación». Aparecen entre las suaves colinas casas, árboles y, en cuadros nocturnos, la luna en diferentes fases, poblaciones pequeñas en relación con las figuras y sin atenerse a una realidad concreta como explica: «Parto de la impresión recibida de niño, cómo veía yo determinada figura, determinado personaje de leyenda, determinado monstruo, o los pueblos, los árboles o las nubes y no están reflejados como lugares concretos, no me interesa dibujar Astorga tal y como era, sino un paisaje con ese aspecto de pueblo».

 

El Cuélebre
El Cuélebre. | TOÑO BENAVIDES

En relación con ese paisaje, en la ilustración del Cuélebre, el animal va adaptándose a las formas de los elementos más grandes como los montes, lo que relaciona esas montañas con el tamaño del personaje y para comparar presenta a un ser humano ante la bestia. Algo similar ocurre con el lobo.


En la vieja del monte, el personaje es enorme frente a la pequeñez de los edificios, por eso Toño aclara: «estamos hablando de la vieja del monte que es un personaje fundamental, de buen augurio. Muchas veces se la confunde con una bruja y quizás no estén tan desencaminados porque tal como percibían las brujas en el paganismo, no era un personaje negativo, sino todo lo contrario, la idea de que es mala es posterior. Una forma de darles el valor que en el imaginario tienen es aumentarles el tamaño comparándolas con el paisaje».


En la leyenda de l´Uyicon incluye un ser con un sólo ojo que puede provenir del mundo clásico y en otra titulada ‘Moros legendarios’, donde un moro está vigilando su tesoro en una cueva y de esa leyenda comenta: «Las leyendas de moros son típicas de España, no se dan en ningún otro país. Los moros en el imaginario colectivo han venido a tomar el lugar de otros personajes de las leyendas europeas, como los genios del lugar. Curiosamente en el mundo árabe están los jinns que remiten precisamente a eso, el genio de la lámpara es una leyenda típicamente árabe, pero aquí en España las leyendas de moros son todas de tesoros y cuenta Washington Irving una leyenda granadina que habla de que el rey Boabdil no se llegó a marchar de la Península, sino que se ocultó bajo tierra con todo su ejército hibernando de alguna manera en espera de un momento propicio para volver, de encantamiento con todos sus tesoros».


Sobre la leyenda de las moras hilanderas dice que: «se les da en León influencia sobre la configuración del paisaje, son mujeres que van desplazándose haciendo uso de la rueca y el huso, como atribuyéndoles el carácter de constructoras produciendo algo beneficioso para la sociedad y a la vez configurando el paisaje, poniendo una colina aquí, una montaña allí, desplazando un río. Es muy curioso porque no tienen manos para todo y yo las he dibujado con cuatro brazos haciendo alusión a la actividad frenética y constante».

 

Las sirenas de Valdetuéjar
Las sirenas de Valdetuéjar. | TOÑO BENAVIDES

Hablando de brujas beneficiosas que aparecen en verano en las eras, no se basa en ninguna leyenda sino en sus recuerdos infantiles: «Los remolinos de brujas son típicos de las eras, es un recuerdo que tengo de niño durante la trilla, se levantaba un remolino y comentaban ‘mira, un remolino de bruja’, y tú entonces, con tu imaginación veías a la bruja perfectamente». De esos remolinos ha realizado tres hermosos dibujos en los que las brujas envuelven a los campesinos.


Curiosamente en la provincia de León las brujas no tienen carácter negativo y no está asociado al culto satánico, ni al demonio como se decía que pasaba en los aquelarres. Las leyendas leonesas están más en conexión con el mundo pagano que con la versión cristiana posterior. Los aquelarres de brujas leoneses eran los botellones de la época con sustancias alucinógenas de todo tipo administradas por quien fuera, era una celebración festiva, lúdica, periódica probablemente, donde las protagonistas eran las mujeres.


Las sirenas de Valdetuéjar son otra cosa, porque ya son producto del cristianismo, a raíz de buscar una censura moral sobre la actitud en los conventos en momentos en los que las costumbres se relajaron y había coyunda entre monjas y frailes y como correctivo de esa situación se creó la leyenda sobre unas mujeres cuyo castigo es convertirlas en sirenas, y en San Martín de Valdetuéjar hay unos canecillos en la iglesia que representan esa leyenda porque se las considera malas y son castigadas por San Martín por seducir a los frailes. Aquí en León es raro encontrar leyendas de sirenas, porque no hay mar, solamente ríos y lagos.


Una exposición compleja en la que abundan los personajes femeninos, porque los masculinos solamente dos, va a ser ampliados en láminas posteriores en evolución, como los duendes o el Reñobero. Y es posible que tras la ampliación y creación de nuevas series de ilustraciones se forme un libro en el sentido inverso a su trabajo que solamente ilustraba libros conocidos, tal vez el trabajo finalice en una publicación importante.
 

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