"El tema de cada relato da origen al tipo de escritura"

El escritor mexicano Jorge Volpi acude al salón de actos del Ayuntamiento de León para hablar sobre su publicación ‘Enrabiados’ por la novena jornada del Festival Palabra

15/09/2023
 Actualizado a 15/09/2023
El autor de ‘Enrabiados’, libro de relatos publicados por la editorial Páginas De Espuma, Jorge Volpi. | ISABEL WAGEMANN
El autor de ‘Enrabiados’, libro de relatos publicados por la editorial Páginas De Espuma, Jorge Volpi. | ISABEL WAGEMANN

No hace falta relatar su reconocimiento. Su escritura, así como su estilo, quedan bien afianzados en los ensayos y novelas que ha publicado a lo largo de su trayectoria. Una que comenzó temprano, a los dieciséis años, en un concurso de relatos del Centro Universitario de México. Allí coincidió con otros autores. Escritores con los que acabaría cocinando la sopa primitiva de todo un movimiento literario. El caldo primigenio para la Generación del Crack, que quiso romper con el ‘contraboom’ latinoamericano para regresar a la estética de un ‘boom’ que hizo retumbar nombres como el de Gabriel García Márquez o Julio Cortázar.

Quince novelas, varios ensayos y otros tantos galardones consolidan a Jorge Volpi como una figura relevante en el panorama literario internacional. A León llega con un libro de relatos bajo el brazo, ‘Enrabiados’. Un conjunto de historias que, bajo diferente forma, divagan y reflexionan sobre la emoción que da título a la publicación. Arropados por términos tan abstractos -así los describe el autor- como ‘irreversibilidad’, ‘fatalidad’ o ‘atonalidad’, los relatos se plantan entre las páginas de Volpi, que no está tan acosumbrado a cultivar este género como le sucede con otros. «Me sale más natural la novela y el ensayo», confiesa: «Cuando practico otros géneros -el relato, el teatro, el guion cinematográfico-, siempre es un reto porque es como hablar en otra lengua; como hablar en una lengua a la que no estoy habituado». 

Volpi escoge su lengua literaria según la historia que relata. «El material mismo te va diciendo si algo va a ser más largo o más corto, si tendrá una perspectiva dramática o visual», dice: «El mismo material es lo que va dictando cuál es la forma y, para mí, forma y fondo en literatura son equivalentes; no es que estén separadas, sino que una tiene que depender siempre de la otra». O, siguiendo por los mismos derroteros, «el propio tema de cada uno de los relatos va dando origen al tipo de escritura».

Por eso, ‘Enrabiados’ no está compuesto con relatos de misma estructura. Historias de un solo párrafo, sin puntos -aunque con comas-, situaciones de forma teatral en un guiño a la ‘Antígona’ de Sófocles o una simulación de lo que el navegante por redes sociales puede encontrase al sumergirse en la aplicación de aquel viejo «pajarraco azul» tienen su espacio en la publicación. «Todos los relatos tienen, en efecto, estructuras diferentes», confirma el autor: «El primero está escrito, por un lado, como si fuera un obituario, pero, en realidad, es más bien lo que piensa el escritor que está obligado a escribirlo; la dificultad que tiene para hacerlo y cómo se va dando cuenta de lo que va ocurriéndole interiormente conforme escribe este obituario». De esta forma, a medida que pasan las páginas de ese primer capítulo, el personaje que lo escribe «va descubriendo, no sólo la ira de su maestro, sino las razones de la suya también», transformando así la oda habitual en la que suele convertirse este género de tributo a los fenecidos en un obituario realista que mezcla hitos y pensamientos, como en el último episodio del ‘Ulises’ de Joyce, cediendo al lector un sincero monólogo interior en que, de nuevo, la rabia se presenta casi como personaje protagonista. 

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Sobre por qué ha centrado Volpi toda una publicación en torno a esta emoción, quizá para alcanzar la respuesta solo haya que mirar alrededor. O encender el teléfono para consultar las nuevas tendencias del pajarillo reconvertido en letra por gracia y orden de Elon Musk. «Creo que es uno de los sentimientos que nos dominan, sobre todo, en la vida pública y en las redes sociales», opina el mexicano: «Esta es una época de rabias exacerbadas; a veces, rabias que tienen motivos muy claros, como la injusticia, la desigualdad o la corrupción, pero también hay muchas rabias inducidas artificialmente por políticos sin escrúpulos». Todo un relato versa sobre esa cercana relación entre actitud política y cólera rabiosa.

Y es que Volpi parece, con este libro, tener la pretensión de analizar y presentar una esquematizada forma de análisis ante el lector acerca del sentimiento que lo guía. Todos los campos en los que se aparece esa ira quieren tener su hueco entre las páginas de ‘Enrabiados’. «Creo que las redes sociales están teniendo mucho que ver con la rabia en el sentido de que son justamente un ámbito en que resulta muy fácil inducirla debido a la propia arquitectura de las redes sociales», reflexiona el escritor: «A veces, lo único que se privilegia en ellas son el ingenio o la maldad y, de ahí, entonces, precisamente, que las propias redes sean un acicate de la rabia». 

Tanto reflexiona el autor sobre los ámbitos en que priman esas respuestas rabiosas que capítulos como ‘Transparencia’ rompen de algún modo con el ejercicio literario de cotidianidad. «Como si estuviéramos frente a una especie de hilo de Twitter, como si estuviéramos haciendo ‘scrolling’ en la pantalla», explica sobre el relato: «Viendo qué tipo de historia es de la que nos estamos enterando a través de muchas voces, muchos personajes, muchos puntos de vista y, todos, anónimos». 

«Caminamos asediados de interrogantes, sufrimos la desigualdad de las esferas de poder, respiramos la ira de sociedades polarizadas», reza la contraportada, antes de sentenciar: «Vivimos enrabiados». Todos esos «espacios que generan nuestras confrontaciones», todas «las hendiduras en las que nos precipitamos o escapamos cada uno de nosotros» suben a escena este viernes en el salón de actos del consistorio a las 18:00. Allí asiste Jorge Volpi que, publicación en mano, habla de los territorios en que la rabia domina el terreno. De los recovecos por donde se asoma, queriendo formar parte, como un miembro más, del conjunto de la sociedad.

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