El texto que le han puesto, rimbombante como corresponde a estas cosas turísticas, explica sin embargo «la novedad» de un nuevo chozo (más bien la restauración) en la montaña leonesa, en el alto Curueño.
«En el corazón del puerto de Vegarada, entre montañas que guardan memoria de nieves y trashumancias, se alza de nuevo un símbolo de la vida pastoril: el antiguo chozo de pastores. Su restauración no es solo una obra material, sino un gesto de respeto hacia quienes convivieron en estos puertos con el ganado, desafiando el tiempo y la soledad. Siguiendo las técnicas tradicionales, el chozo ha recuperado su silueta humilde y firme frente al viento. Las escobas, la madera, las piedra y un ‘tapín’ de hierba que corona su techumbre vuelven a integrarse con el paisaje, como si nunca se hubiera marchado. Cada centímetro recuperado cuenta la historia de generaciones que supieron convivir con la montaña, aprovechando sus recursos sin agotarlos».
Esta restauración está impulsada por el Ayuntamiento de Valdelugueros, que encomendó esta obra de artesanía y tradición a los trabajadores municipales, con la idea de «buscar mantener viva la memoria de la cultura pastoril y ofrecer a visitantes y vecinos un testimonio tangible de su patrimonio rural. Hoy, el chozo vuelve a ser refugio —no solo para los pastores de antaño, sino para todos los visitantes que aman estas tierras y su historia».
"El chozo ha recuperado su silueta humilde y firma frente al viento que azota el puerto de Vegarada"

Todos los que atraviesen en singular paraje podrán disfrutar de este restaurado chozo. Y respetarlo para que mantenga firma su figura en el horizonte de aquel valle.
Se suma así a otros chozos repartidos por otros puntos de la montaña, algunos de ellos también restaurados no hace mucho, como el del Puerto de Sancenas, que suele ser utilizado además para colocar un belén en Navidad.
