"Queda inaugurado este pantano" es una de esas frases que ha permanecido en la memoria colectiva de esta tierra. Aquella coletilla de los tiempos del
franquismo golpeó muchas veces en León (con coletazo en la época socialista de
Cosculluela/Felipe González en
Riaño) y fueron muchos los valles, los pueblos anegados, siempre bajo el manto de una solidaridad que parece siempre le toca ejercer a los mismos y de los que muchos dudan, como el escritor
Julio Llamazares cuando afirma:"Muchos pantanos no fueron construidos para lo que le dijeron a la gente. El progreso es necesario pero hay muchas formas de enfocarlo, y en los países tercermundistas se hace a lo bruto. Es muy posible que hoy las comisiones de medio ambiente impidieran la construcción del de Riaño. Mucha gente no sabe que ese pantano fue la contraprestación que Iberdrola exigió al Gobierno de Felipe González a cambio de cerrar la central nuclear de
Lemóniz cuando
ETA mató al ingeniero
Ryan y la cosa se puso muy grave".

Dos de esos pantanos, su memoria —el de
Vegamián, cerrado en los años 60, y el de Riaño, en los 80—son los protagonistas de la actividad que para este lunes propone el
Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León con sede en
Sabero, con el título de
‘Bajo el agua. El destierro de la memoria’. Desde el propio MSM explican el objetivo de esta propuesta. "Bajo el agua pretende reflexionar sobre la pérdida de identidad colectiva que han sufrido las zonas, que como los cercanos valles de Riaño o del Porma, han visto sumergidos buena parte de sus pueblos bajo las aguas de los pantanos proyectados con el objetivo de mejorar los regadíos de otras zonas de España. Este proceso de desmantelamiento de todo un territorio y de borrado de una identidad común, es muy similar, aunque en su grado máximo, al proceso de deterioro y abandono que han sufrido las cuencas mineras, originado por el cierre de sus explotaciones. En ambos casos, un hecho traumático, ha eliminado el modo tradicional de vida de las gentes de estos territorios, abocándolas al destierro físico y lo que es peor, a un destierro interior inexorable".
Y para abordar este objetivo habrá una doble presentación dedicado a estas comarcas. La del documental
‘Mi valle’, realizado en la comarca de Riaño por
Mario Santos y
Lores Espinosa y el libro
‘Distintas formas de mirar el agua’, de Julio Llamazares, ambientado en Vegamián, pueblo de nacimiento del autor, aunque "recuerdo muy poco Vegamián. Nací allí por azar. Mi padre era el maestro de la escuela y me fui con dos años. Cuando empezaron las obras nos mudamos a un pueblo minero cercano,
Olleros".
El lado más literario de la velada tendrá el contrapunto del testimonio real, que será ofrecido con la proyección del documental ‘Mi Valle’, dirigido por Mario Santos y Lores Espinosa, y que muestra, con estos testimonios y con imágenes impactantes de la época, el trauma que supuso el cierre de la presa de Riaño. Santos recuerda cómo nació el proyecto:"Yo escuchaba a mi padre hablar de aquella batalla para evitar el cierre, de los duros momentos vividos, del pueblo tomado por la Guardia Civil, del hombre que se pegó un tiro... Así supe que aquel pantano que me parecía tan bonito tenía unas tripas podridas", señala Mario Santos y Lores Espinosa abunda en el tema. "Siempre hablábamos de las posibilidades del pantano, de un lugar para hacer un documental..." Y se pusieron a ello. Ha sido fundamental para ellos, que trabajan en la segunda parte, más ambiciosa, del proyecto.