Y de repente, no estaban los Agustinos

El derribo del Edificio de los Agustinos y la Iglesia, en los años 70, fue una de las más comentadas desapariciones del centro de la ciudad, pero no el único, la bautizada como ‘piqueta asesina’ trabajó a destajo por aquella década

09/10/2023
 Actualizado a 09/10/2023

Vuelven los lunes de Fernando Rubio, el León de los setenta rememorado en la cámara de este reportero gráfico que hizo periodismo durante toda la década de los setenta y en su archivo vive la historia y los recuerdos de aquellos años que cada cual valora a su manera, seguramente según le fue en ellos que es bien sabido que cada cual cuenta la feria... 

En los miles de imágenes que Fernando va rescatando hay de todo, eventos, deportes, personajes, leoneses anónimos, accidentes, incendios, fiestas, celebraciones... la vida y la historia de esta provincia.

Y para este lunes primero de una nueva etapa: El derribo del Colegio de los Agustinos y la Parroquia de Nuestra Madre del Buen Consejo. «Mal empezamos», dice Fernando al consensual el tema, y añade «parece un poco raro comenzar la nueva temporada con un derribo, pero hay que reconocer que somos un poco raros».

Ocurre que este verano anduvieron por la ciudad, de reuniones, los AAA (Antiguos Alumnos Agustinianos) para celebrar su siglo de existencia como asociación y seguramente lo más repetido en sus recuerdos fue precisamente «el final de su colegio a manos de la piqueta». Las conversaciones sobre arquitectura, urbanismo, especulación con el suelo... son harina de otro costal. O de otro día.

El Colegio de los Agustinos, en el centro de la ciudad,como estaba meses antes de que la piqueta se fijara en él para derribarlo. | FERNANDO RUBIO
El Colegio de los Agustinos, en el centro de la ciudad,  como estaba meses antes de que la piqueta se fijara en él para derribarlo. | FERNANDO RUBIO

El caso es que habiendo sido en los años 70 (en 1976  y 1977) tenían que estar las imágenes, están, en el archivo de Fernando Rubio. «Tengo fotos, claro, muchas del derribo del Colegio y la Iglesia de los Agustinos pero, también, de la despedida de los alumnos y profesores, las misas (el 10 de octubre de 1977) y  el edificio que ha ocupado su lugar, su nuevo avatar (que como sabes es como  los hindúes llaman a cada fase de la reencarnaciones antes de fundirse en el Nirvana): el edificio Delta».

En la memoria de todos los alumnos y ex alumnos de los Agustinos está el viejo edificio, pero también en la de todos los leoneses, su derribo congregó a mucha gente cada día, de los estudiantes de aquella época. Fernando Rubio, ex alumno Marista, recuerda la «histórica rivalidad; Maristas era bueno a balonmano, Agustinos a Baloncesto, Jesuitas a hockey ...  También era famosas las sesiones de cine en los Agustinos, con separación por sexos y la experta mano del encargado del proyector que sabía cortar la exhibición de la película para evitar que los besos inmorales aparecieran en la pantalla manchando  el alma pura de los espectadores adolescentes».

Los Agustinos, el derribo de su edificio, son el símbolo de otro debate en la ciudad, con profundos lamentos posteriores ante lo irremediable. Los estudiosos de nuestro urbanismo recuerdan otras ‘fechorías arquitectónica’ que tendrán otra explicación que a algunos se les escapa y a otros muchos parece que no. A vuelapluma es fácil recordar —la aberración más repetida en los repasos— el derribo del antiguo Instituto General y Técnico Padre Isla, que ocupaba el mismo lugar donde hoy está el centro de Bachillerato Juan del Enzina y que nada tiene que ver en su estética, para mal. 

Ahora que existen muchos grupos de fotografías antiguas en el repaso de las imágenes de la ciudad se nota cómo han desparecido del paisaje mansiones señoriales, los chalets del centro de la ciudad, arboledas y jardines... El chalé de los Fierro, donde hoy está una Cámara de Comercio en la que la rehabilitación realizada hace que no lo recuerde en nada, el chalé de la familia Sanz en Ordoño II; Puerta Obispo, derribada para que la calle fuera lo que indica su nombre, Ancha; el chalé de Don Paco, el de Alfageme...

En fin ejemplos sobran, empezar por ellos es una forma de pensar que en lunes sucesivos todo irá a mejor. 

Lo más leído