Preparado de origen vasco que ha entrado en las cocinas hace años. Incluso puede hacerse el día anterior y servirse en formato puré o crema. Puede admitir otras verduras o pescados. Os vamos a presentar nuestra versión que no se aparta mucho de la de los guisanderos tradicionales, pero con un punto, bueno, dos.
Cazuela al fuego con aceite y ponemos a pochar un ajín finamente picado (mi punto). Cebolla muy cortadina, la dejamos sudar sin que llegue a coger color. Cuando ya esté tierna, rehogamos ligeramente los blancos de los puerros cortados en porciones de unos dos centímetros. Cuando adquiera el brillo que nos anuncia el rico sabor, ponemos la zanahoria en medias rodajas y las patatas triscadas en pedazos pequeños. Una vuelta con la favorita que revuelva todo y momento de poner una ramina de tomillo y una puntina de cúrcuma (mi otro punto que hace que pierda el aspecto blanco hospitalario). Volver a mezclar, siempre con la favorita de madera y cubrir con caldo de pescado (a ser posible de las raspas y pieles del bacalao). Dejar cocer y un par de minutos antes de dar por finalizado el hervor, colocar el pescado por encima, tapar, apagar el fuego y dejar hacer con el calor residual. Listo para servir en plato hondo o en un cuenco. Siempre acompañar con un cordón fino de Aove de calidad máxima. Y pan que empape.
Vino, un albarín de la DO León, de Bodegas Gordonzello, Kira barrica.
¡Tranca!
La purrusalda con bacalao de Marcelo Ramón
RECETA | El cocinero leonés propone una opción de origen vasco que ha entrado en las cocinas hace años
06/12/2025
Actualizado a
06/12/2025
Lo más leído