El carro engalanado de Javier Casas y el grupo de Alija del Infantado es uno de los más ‘queridos’ de los que acuden al desfile que se celebra por las fiestas de San Froilán, uno de los actos más seguidos por los leoneses. En su caso se valora que seguramente son uno de los carros que se desplaza desde más lejos pero, sobre todo, el trabajo y el esfuerzo que ponen en lucir ese carro, de bastante ‘edad’ pues, señala, Javier "creemos que es el último que hizo el carrero de Alija, allá por el año 1959. No es nada fácil hacer un carro y después empezaron a irrumpir los tractores y toda la maquinaria y pasaron a ser auténticas reliquias".
-¿Muchos años desfilando en San Froilán?
-Creo que desde 2013. Habíamos visto los carros en León, nos gustó, y nos lanzamos a ir, con tan buena suerte que, a la primera, ganamos el primer premio. Y eso no deja de ser un aliciente grande para seguir acudiendo cada año, y no hemos fallado nunca desde entonces, que no es fácil",
-¿Mucho trabajo?
-La verdad es que sí, engalanar el carro lleva lo suyo, elegir el tema, que este año lo dedicamos al mimbre, pero después hay que arreglar el desplazamiento y hasta tenemos que alquilar los bueyes, que en el pueblo ya no quedan, los traemos de Asturias, pero en fin lo hacemos con gusto.
Y es que es Alija —ese pueblo de interior que más marineros ha dado a la Armada Española— es un lugar de tradiciones, hay bastantes cofradías que cada una organiza sus actividades, los famosos carnavales tradicionales con el enfrentamiento entre jurrus y castrones... en definitiva, muchas tradiciones que se conservan y van dejando su poso para que haya un grupo que supera las dificultades de la distancia y se planta el domingo, con el número 13 en la vara, en el casco viejo de la ciudad para recorrer sus calles. "Nos gusta mucho acudir a esta cita, porque se trata de una tradición muy nuestra, muy leonesa".
-Y si ganas aún mejor.
-Sí, pero no es lo que nos mueve