Hay conciertos que van mucho más allá de una sucesión de canciones, tienen alma e historia detrás. Uno de ellos, a buen seguro, es el que ofrecerán esta tarde (a las 19 horas) en Brugos de Fenar la cantante Ana Rabanal y la violinista (y también voz) Mónica Acevedo.
Curiosamente las dos tienen raíces en Brugos pero se conocieron en París, donde habían emigrado tanto Ana como Mónica. La primera de ellas regresa todos los años, varias veces, «porque es mi pueblo y para estar con mi madre, que era una verdadera enciclopedia de historias y recuerdos»; y Mónica mientras descansa de los ensayos va desgranando los recuerdos de su infancia en el pueblo de la abuela: «Por estas calles corríamos, jugábamos a escondernos, ahí en los soportales de la iglesia hacíamos lo que hacían los adolescentes de entonces, es decir nada». Después la familia se asentó en Asturias y pasaba más tiempo en la comunidad vecina... «hasta que me fui a París».
En París vivían las dos. También Ana se había ido a buscarse la vida en la capital francesa —«es una pionera», dice Mónica— pero no se conocían, «fue a través de unas sobrinas de Ana», y Brugos pasó a ser una referencia en sus conversaciones y recuerdos comunes.
El pasado verano, en una tarde que Ana Rabanal estaba con su madre, Sidonia González, y unas vecinas de tertulia en el pueblo también surgieron las canciones, las de la comarca, de la infancia en el valle Fenar y Ana comenzó a gestar la idea de dar un concierto en Brugos, por las fiestas (San Jorge, hoy 23 de abril) con una idea central: «Que me viera mi madre, que sintiera el orgullo de verme en el escenario, como le contábamos que hacía en París»... Pero hace un mes falleció Sidonia y Ana Rabanal pensó que ya no tenía ningún sentido el concierto... o tal vez sí. «Lo maduré, le di vueltas, y decidí que también era el mejor homenaje que podía hacer en su recuerdo, en su memoria».
En ese tiempo también ocurrió que Mónica Acevedo había regresado a Asturias, para iniciar una nueva etapa, en el medio rural, en su tierra. Ana se puso en contacto con ella para sumarla al proyecto y poder ofrecer el mejor homenaje posible a su madre, más la compañía a la percusión de Luca, hijo de Ana.
La cita ‘con alma’ es hoy. Tendrá tres partes y un emotivo cierre. Primero unas canciones francesas, del París que las unió; después algunas del últimos disco de Ana Rabanal, para pasar a canciones leonesas, de la comarca... y finalmente «una canción que le he compuesto a mi madre para esta ocasión y que estrenaremos en este concierto».
Ayer ensayaban los tres —Ana, Mónica y Luca—en Brugos para el concierto de hoy, con especial interés en la ‘Canción para Sidonia González, in memoriam’.