«Sin duda Julia nos presenta una aportación crítica de la sociedad actual de gran interés». Luis García (ILC).
Julia G. Liébana es, en la actualidad, una creadora a tiempo completo. Investiga diferentes aspectos de la fotografía y crea a través de ella sus visiones particulares del mundo en el que vive, centrándose en especial en los problemas de la Mujer (con mayúsculas) integrándola en la Naturaleza, otro de sus temas preferidos.
En su recorrido artístico hay una progresión reflexionando sobre la mujer y su situación en el mundo actua. Una reflexión que en un principio la presentaba como un ser con identidad propia, una mujer concreta, con su cara, su cuerpo y su mirada. Una identidad que ha ido perdiendo para pasar a la categoría superior, la mujer tipo que engloba a todas las mujeres, no a una concreta, sino a todas ellas.
La exposición que presenta en la galería Ármaga consta de dos series ya conocidas; por una parte, la de mujeres y por otra el Herbarium Evanescente. La novedad en esta ocasión es una serie de diálogos con la Naturaleza y, según Julia, «la exposición combina estos dos temas: la Naturaleza y la femineidad». En su repaso a las series conocidas dice: «La serie mujeres la comencé hace unos cuantos años aquí en una exposición y es una serie que he mantenido abierta y voy incorporando piezas nuevas». Sobre esta serie Julia explica que «son retratos de mujeres sin identidad que se mueven entre lo conceptual y lo poético o se mueven entre la identidad y las perspectivas de género». Gemma R. Berasategui comenta sobre esta serie que «el concepto y la coherencia del discurso son paralelos, nos hace cuestionarnos, plantearnos preguntas. Es la fotografía como lenguaje de expresión que nos da como resultado una metamorfosis dolorosa y bella a partes iguales».

La otra serie conocida, que se pudo ver en el Museo de León en el 2023 es la serie Herbarium Evanescente, compuesta por 40 piezas. Ese mismo año estuvo en el colegio de España en Paris. «Para esa serie fotografío plantas y vegetales que voy rescatando de mis caminatas, mis paseos por el campo, por la Naturaleza», dice. La visión del Herbarium por parte de Luis Grau se resume en estas palabras: «Julia se deja llevar por el temperamento de cada espécimen y lo convierte en un retrato, el último e irrepetible retrato de algo, casi diríamos «de alguien». Las plantas siempre posan, solo hace falta quien las mire de frente, como hace Julia en su herbario». Por su parte Julia dice sobre esa serie: «Busco la belleza de las plantas en su forma de posar a veces en forma casi escultórica, la belleza de sus texturas, la belleza de su fragilidad o de sus imperfecciones y también la belleza de su decadencia, porque las plantas nos están hablando del paso del tiempo de la fugacidad de la vida y nos hablan de la muerte, también».
La nueva serie, denominada ‘Diálogos con la Naturaleza’ permite ver varios dípticos con fondos opuestos en los que también opone la mujer con algún elemento natural que se le parece. «He buscado que el cuerpo de la mujer dialogue con flores o con plantas de botánica, un diálogo, o bien a través de la forma, a través del color o a través de las dos cosas», comenta sobre la misam Para ella la oposición de los fondos y de las formas es un juego a fin de generar un mayor impacto visual y la verdad es que en esta serie está conseguido. En otra parte la mujer interactúa con la Naturaleza, se mimetiza con ella. La fotógrafa quiere finalizar aclarando que «en esta serie además de buscar una estética y una poética también pretendo que este diálogo visual nos invite a cuestionarnos y a repensar nuestra propia relación con la Naturaleza y tomemos conciencia de la fragilidad de nuestra vida.
Para sus trabajos Julia utiliza diferentes tipos de papel de acuerdo con lo que requiere para ella la fotografía. Entre ellos, usa papel acuarelable o el baritado. «Dependiendo del tema utilizo un tipo u otro de papel», explica. Sobre la aceptación de su obra por parte del público, vistos los comentarios de aprobación de la mayoría de sus espectadores en la presentación, Julia reconoce: «Te pasas tantas horas editando, yo soy muy perfeccionista, con cada foto puedo pasar varias horas trabajando, a mi te está gustando, pero hasta que no vemos la reacción de la gente… puede ser una victoria como puede ser un fracaso. Además, a mi no me gusta enseñar las fotos hasta que no están finalizadas y me gusta ver cómo la gente reacciona».
Una exposición con novedades que refuerza ese mensaje que siempre Julia infunde a sus fotografías y que va aportando nuevas formas de plasmar la belleza dentro de su aportación al grito de la mujer. La exposición continuará en la galería Ármaga hasta el 17 de mayo.
