Ya había varias decenas de personas en El Palacín cuando Mauricio Peña llegó al enclave. Numerosas filas de sillas esperaban en compañía de ocho atriles. En ellos, el fotoperiodista mostraba algunas de sus facetas capturado por sus compañeros. Imágenes de Javier Casares, Saúl Arén, Ángel López, Peio García, Carlos Campillo, Fernando Otero, Secundino Pérez y Francisco de las Heras pergeñaban una estampa del todo acorde al evento por celebrar, sacando los colores de su protagonista que, tras 45 años detrás del objetivo, este viernes tuvo que ponerse delante.
No faltaron las autoridades en el acto de entrega de la Insignia de Oro, concedida por el Ayuntamiento de León al periodista de La Nueva Crónica ya jubilado. Un evento que arrancó de la mano del violín de David Martínez, que interpretó 'Santa Bárbara bendita', vieja conocida de Peña. "Es una canción que para mí representa mucho porque la he oído malas veces y, normalmente, mal asunto", indicó después de que el alcalde José Antonio Diez le dedicara unas palabras.
"Hoy nos hemos reunido aquí para homenajear a uno de esos maestros que reúnen el saber hacer y el querer hacer", expresó el regidor: "Mauricio Peña de Haro aprendió joven el oficio y, después de aprenderlo, aprendió a amarlo aunque haya tenido que sufrir las duras condiciones que rodean el periodismo: jornadas maratonianas, poco reconocimiento y mucho, mucho intrusismo". Sus cinco décadas inmiscuido en el mundillo, siempre a pie de actualidad, permitieron al alcalde describirle sin titubar como "uno de los grandes cronistas gráficos de nuestra ciudad".
"Un profundo conocimiento y un interés continuo que no se ha borrado en 45 años hacen de sus instantáneas fotos memorables que nos narran el devenir de una ciudad", continuó, poniendo de relive la ilusión del profesional por su trabajo. Una ilusión que, en sus palabras, "ha sabido transmitir a sus alumnos y alumnas; jóvenes periodistas que tuvieron la suerte de que les cogiera de la mano en sus primeros reportajes, les asesorara, les condujera sin cuestionarles y siempre les ayudara".
No le faltó razón al alcalde, pues quien junta estas palabras ha sido una de esas alumnas afortunadas del maestro Mauricio Peña, como también lo han sido sus compañeros, pues "su legado es mucho más que miles y miles de grandes fotos, de crónica gráfica de una ciudad y una provincia. Su legado es también la mirada que enseñó a tener a los compañeros y que ellos llevarán siempre como impronta". De todos ellos se acordó un emocionado Peña rodeado de familiares y amigos.
Jesús Ejido -con el que descubrió "el periodismo en estado puro" y quien le enseñó a "leer la fotografía"-, Óscar Campillo -la persona que le dio "algo tan escaso hoy como es la libertad", asimismo compañero de "momentos inolvidables"- y Fulgencio Fernández -su "media naranja profesional", con el que ha conocido a personajes que son los "héroes" de los que "tanto" ha aprendido- se llevaron los primeros agradecimientos a las vivencias que conforman una trayectoria que es toda una vida. También se los llevó el recientemente fallecido Manuel Carlos Cachafeiro.
"Agradecer también a todos los compañeros de La Nueva Crónica; sin su apoyo, difícilmente hubiera sobrevivido en este nuevo periodismo que nadie sabe dónde se dirige", siguió ante un público atento: "Y luego están ellos, mis compañeros de cámara; primero aquellos con los que he compartido medio, desde Vicente Tascón, Jose de la Varga; Secundino Pérez, mi eterno compañero; Marcos; José Manuel López, que marcó un antes y un después en mi forma de ver la fotografía y me supuso un enorme revulsivo; Daniel Martín, con el que tuve la suerte de compartir el nacimiento de La Nueva Crónica; Laura Pastoriza, con la que he recorrido miles de kilómetros en busca de la noticia y, por último, el benjamín al que le he dado la alternativa, en argot taurino, colgándole la cámara, Saúl Arén; te deseo toda la suerte del mundo Saúl".
No se olvidó el fotoperiodista de compañeros de otros medios, "empezando por César, primero el padre y después su hijo; el inolvidable Norberto, Jesús Salvadores 'Chus', Ana María Díez, Ramiro, Fernando Otero, Ángel López, Peio, Ana César y Luis de la Mata, en El Bierzo; Campillo, el incansable Campi, y, por supuesto, Javier Casares, fotoperiodista de la vieja escuela y siempre en la lucha por dignificar la profesión, pero sobre todo buen amigo". En sus palabras, "en otros lugares son rivales, pero aquí no".
También hubo unas palabras para la familia Lesmes, "porque hace doce años, en plena crisis económica y con un goteo constante de cierre de periódicos, dieron todo su apoyo a una idea que un grupo de periodistas de la desaparecida crónica, encabezados por Raúl de las Heras y David Rubio, y con el incondicional apoyo de un gran periodista y mejor persona que recientemente nos ha dejado, Jesús Sanz". Aunque, sin duda, la parte más emotiva se la llevaron sus más allegados. "Los que han sufrido mis ausencias en cumpleaños, fiestas del colegio y familiares; mi familia", expresó: "Vamos a recuperar el tiempo perdido".
"Y, si me permitís, compañeros y compañeras periodistas y fotoperiodistas -somos lo mismo-, en los tiempos oscuros, más bien negros que vive nuestra profesión, espero que sigáis luchando por un periodismo libre e independiente", zanjó el fotoperiodista Mauricio Peña, Insignia de Oro de la ciudad de León: "Tened en cuenta que el día que el periodismo muera todos, absolutamente todos seremos un poco menos libres. Periodismo en vena".