Este viernes se presenta en León la trilogía de Celama, de Luis Mateo Diez, en un solo volumen con edición de Asunción Castro, una de las grandes estudiosas de la obra del escritor lacianiego, y que ha titulado El reino de Celama. Será a las 8 de la tarde, en el Instituto Leonés de Cultura, y Luis Mateo Diez estará acompañado en el acto por Asunción Castro (responsable de la edición), José Carlos González Boixo (Catedrático de Literatura Española Contemporánea), José Enrique Martínez (Catedrático de Teoría de la Literatura), Nicolás Miñambres (Catedrático de Literatura) y Alfonso García (Profesor de Literatura). Hasta ahí la nota oficial. Una presentación más si puede llamarse así a un libro de Luis Mateo Diez, uno de los grandes. Y más si tenemos en cuenta que se trata de una trilogía cuya aparición en los años 90 fue un fenómeno literario. De la trilogía se dijo que "supone una de las más ambiciosas conquistas de un territorio imaginario en la literatura contemporánea".Señala Luis Mateo Diez que está "encantado con la edición crítica de Asun Castro. Lo he recibido como un regalo y he redescubierto mi propia novela, que he vuelto a leer, algo que no suelo hacer".
Pero esta presentación, importante, viene precedida de una mañana cargada de simbología, el regreso de Luis Mateo Diez al Páramo, que es tanto como decir la tierra que nutrió el mundo de Celama al que el lacianiego dedicó su trilogía:‘El espíritu del páramo’, ‘La ruina del cielo’ y ‘El oscurecer’. Primero Luis Mateo Diez recorrerá con algunos de sus hermanos (Florentino y Miguel) aquellas comarcas, visitarán la ‘casa del padre’ y finalmente se encontrarán (hacia las 12.15 horas) con los alumnos del Valles del Luna de Santa María de Páramo.
Luis Mateo Diez nació y creció vinculado a una tierra de montaña, Laciana, donde su padre, Florentino Agustín Diez, era secretario. Con el paso del tiempo su padre llegó a ser uno de los grandes expertos en riegos y distribución del agua y se instaló en el Páramo leonés. Para el escritor Luis Mateo Diez, que había crecido en la montaña, conocer de cerca aquel mundo paramés le produjo un evidente impacto, que llevó al primer libro de la trilogía, ‘El espíritu del páramo’. "Una primera novela que, a modo de obertura, nos introduce en esa tierra mítica que habitan unos personajes empeñados en la supervivencia como reto de su dignidad".
Conocí el Páramo de los veranos en casa de mi padre, de hectáreas de secano irredento A esa tierra y a esa casa regresan este viernes los Diez, con Luis Mateo, quien reconoce: "Ya han pasado muchos años pero siempre he tenido la sensación, el convencimiento, de que tenía una deuda con aquellas tierras. Y ahora pretendo pagarla con este regreso a lo yo llamo el Páramo real, pues el que yo llevé a la novela era el Páramo de nuestros veranos en la casa de nuestro padre en los últimos años de su vida, el Páramo de una época muy dura, todavía había muchas hectáreas de aquello que llamaban el secano irredento". Y le va a dar las explicaciones a quienes mejor las pueden propagar, los alumnos de su Instituto. "No tenía ningún sentido otro tipo de actos. Me hace mucha ilusión, de verdad, mucha, ir a Santa María, ver a los chavales, a los profesores, gente joven que ya ha tenido la suerte de conocer otras tierras".
También irá acompañado de un amigo paramés, Vicente Díaz, y espera ver a otros viejos amigos, gente que trabajó en la finca de su padre. Después de sus explicaciones se someterá a las preguntas de los chavales del Páramo, que han leído uno de los tres libros ‘del reino’, según sus edades. Buena prueba del interés de Luis Mateo Diez por saldar su deuda es que fue el escritor que estableció el contacto para acudir a esta tierra, para hablarles del Páramo que él conoció que, explica, "era el anterior a la llegada del regadío y hay que reconocer que era una tierra extremadamente pobre. Pero está la otra cara de la moneda, la memoria de sus gentes, con las que yo hablé muchas horas. Gente como Cesáreo, el pastor, a quien dedico el libro pues fue alguien fundamental en la construcción de diferentes personajes pues él mismo es el niño de El espíritu del páramo y el viejo de El oscurecer". Y añade el escritor, "insisto, me hace una ilusión enorme acudir a Santa María".
Era la época anterior a la llegada del regadío y era una tierra dura en extremo Y después de este regreso familiar al Páramo llegará la presentación "más académica" de la trilogía con la presencia de la autora de la edición crítica, Asunción Castro, que, señala Luis Mateo Diez, "creo que ha hecho un trabajo extraordinario, no solo de análisis también de interpretación de las novelas. Creo que esta edición crítica cierra el destino de esta novela que yo recuerdo como uno de mis proyectos más ambiciosos, y lo he vuelto a comprobar al leerla nuevamente".
Y recuerda el novelista lacianiego cómo abordó el hecho de trasladar aquellas vivencias paramesas a un gran proyecto literario que bautizó como Celama. "Creo que uno de los aciertos fue hacer una lectura un poco mítica del páramo, lo que me permitía darle rienda suelta a la imaginación pero manteniendo los referentes reales de una tierra muy dura, con una inquebrantable cultura del esfuerzo y de la supervivencia, unos mundos que eran herederos de tantos clásicos, de Sófocles a Shakespeare o nuestro Cervantes. Además la historia me permitía reinventar y darle cabida a la imaginación popular, a las largas conversaciones que mantuve con tantos Cesareos como allí pude encontrar y disfrutar".