"María la de Foncebadón debe ser la patrona de la hospitalidad"

Irena García-Inés, artista, escultora, enamorada del Camino de Santiago y defensora de su esencia, ha realizado una obra pensada para perpetuar en la espadaña de Foncebadón la memoria de María, la mujer que defendió sus campanas "con su valor y su propio cuerpo"

Fulgencio Fernández
05/02/2023
 Actualizado a 05/02/2023
Imagen de cómo quedaría la escultura, perfectamente ensamblada en la torre y una obra basada en las teseras de hospitalidad. | IRENE GARCÍA-INÉS
Imagen de cómo quedaría la escultura, perfectamente ensamblada en la torre y una obra basada en las teseras de hospitalidad. | IRENE GARCÍA-INÉS
"Cuando tenía 15 años decidí hacer el Camino de Santiago con mí hermano, que tenía 13 y otros amigos de edades parecidas. Una aventura en bicicleta que yo no imaginaba cómo me iba a marcar". Quien lo cuenta es la artista Irene García-Inés, escultora, agitadora cultural experta en creación artística comunitaria, fundadora y directora del laboratorio pirata de arte y debate La Maya Lab, licenciada en Bellas Artes... y un largo etcétera que se podría resumir en un «defensora de la esencia del Camino".

Recuerda Irene —que se ‘recupera’ estos días de la intensa actividad de un encuentro que ha organizado hace unos días en Villafranca del Bierzo, el I Encuentro Internacional de Acogida Tradicional Jacobea— que aquel primer Camino fue duro, era la única mujer y le costaba seguir el ritmo de sus amigos. "Pero más que duro lo recordaría como intenso", con un momento muy especial, en el que nació esa pasión que apuntaba. "Al llegar a Villafranca nos dijeron que si queríamos conocer realmente lo que es el Camino debíamos pasar por el albergue de Jato (Ave Fénix) y así lo hicimos. Este hospitalero nos marcó, su defensa del Camino en su esencia, la tradición hospitalera, la forma de entenderlo, el sentido, las noches mágicas que allí se disfrutaban...Sentí claramente mi compromiso a colaborar en que esta ruta de peregrinos mantuviera su esencia, que fue creciendo cada vez que regresaba al Camino e iba comprobando cómo se iba perdiendo".

La idea de nuestro trabajo es favorecer desde el arte el intercambio cultural entre las gentes de los pueblos que atraviesa el Camino y la convivencia con los peregrinosY en ello sigue, organizando todo tipo de actividades. Al margen de la apuntada se embarcó en otra siete que configuran lo que Irene García-Inés llama ‘un plan’. "Son siete trabajos agrupados bajo el nombre de ‘Por amor al Camino’ en el que hay un poco de todo, desde un documental con testimonios de peregrinos mayores de antes de 1993, otro documental sobre las tradiciones orales del Camino, un libro con el hospitalero Jesús Jato, un diario del Camino, varios Encuentros Internacionales de Artistas Visuales con Javier Aguado, un corto sobre la hospitalidad rural popular..." porque una de las grandes apuestas de la filosofía de Irene García-Inés es "favorecer el intercambio cultural entre las gentes de los pueblos que atraviesa el Camino y los peregrinos y visitantes; añadiendo un componente de creación artística contemporánea".

Y en la mezcla de todos estos elementos aparece la historia de María, la de Foncebadón, aquella mujer que se subió a la espadaña de la iglesia del pueblo —del que era la única habitante, con un hijo— para defender las campanas que iban llevarse representantes del Obispado de Astorga acompañados de la Guardia Civil. Pero María no desistió y las campanas quedaron en su campanario, aunque ha pasado el tiempo, María ha fallecido y aquella espadaña camina hacia la ruina.



Sobre esa historia Irene García-Inés ha realizado una escultura, ya finalizada, que espera superar algunos trámites ‘burocráticos y patrimoniales.
- ¿Porqué María?
- Por todo. Porque es un ejemplo del valor y la fuerza de la mujer en el mundo rural. Siempre se duda de esa fuerza, sin razón, y María es un claro ejemplo, no duda en enfrentarse a los poderes de la época, defiende la tradición que representan las campanas con su propio cuerpo, es un ejemplo de la lucha contra la despoblación aguantando allí, con su hijo; de integración con los peregrinos a los que muchas veces acogió en su casa con un comportamiento inspirado en la tradición de hospitalidad del Camino de Santiago en aquello que yo defiendo: su esencia, la esencia de su tradición más noble ¿Más razones?
- No hacen falta.

Deja un corto silencio y remata sus razonamientos con una reflexión: "Estoy convencida de que María debe ser la patrona de la hospitalidad; todas las cosas tienen su día, su patrona... pues la hospitalidad debería elegir a María".

María es el ejemplo de la fortaleza de la mujer ruralDe momento Irene García-Inés ha puesto la primera piedra con un grupo escultórico, una intervención sobre la propia espadaña de la iglesia casi en ruinas que ella define como una ‘Intervención artística monumental de 50 metros cuadrados en la ruina de la espadaña románica de Foncebadón’ con la idea de "completar la mitad de la vieja espadaña en ruinas que formaba parte de un monasterio dedicado a acoger peregrinos en Foncebadón, legendario puerto de montaña del Camino".

Y, además, transita el trabajo por un camino que a la artista le seduce. "Siempre me ha gustado trabajar sobre el tema de las mujeres rurales mayores, como María, e inspirada en mi propia abuela, a la que admiro".

El grupo escultórico ya está acabado, a la esperar de superar unos trámites que sería difícil de entender que impidan que el Camino mantenga viva la memoria de María la de Foncebadón.
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