Maraña, la plaza de los esquiadores

La localidad ha hecho de su plaza un homenaje a los esquiadores más reconocidos del pueblo, aquellos que fueron grandes campeones con botas de goma. Uno de ellos, Donato, recuerda a sus compañeros en la Plaza de los Esquiadores

Fulgencio Fernández
14/06/2020
 Actualizado a 14/06/2020
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Mientras en la plaza de Maraña graban el programa de Jesús Calleja, con helicóptero, ropas de montaña de última generación... en una esquina Donato Rodríguez recordando sus tiempos de esquiador, de campeón, «con botas de goma de aquellas que llamaban katiuskas. Y para ir a las pistas, pues en madreñas».

- Mira, en esa ladera que se ve ahí, que le llamamos Los Cantos, con una cuesta tremenda, preparábamos nosotros el trampolín para saltar. Éramos muy atrevidos, sobre todo Acacio, la gente venía a verlo saltar desde toda la comarca, era un verdadero espectáculo. Era mayor que yo y de pequeño lo veía esquiar y... ¿cómo no íbamos a querer ser como él?
- ¿Y para subir al alto?
- Con los esquís. O a pie. Ahí es donde se echaba músculo, que lo de los remontes fue muy posterior, ya en el puerto de San Isidro.

Mientras graban en la plaza nos lleva Donato hasta casa y del desván, lleno de viejos esquís, rescata algunos de los más viejos. «Mira estos, de madera, nos los hacían aquí en el pueblo. Para que se deslizaran les dábamos de brea, de la de la carretera, que luego la calentábamos e iban como la seda. Y  las cantoneras, para dibujar bien las curvas,  se las hacíamos con los flejes metálicos que traían para sujetar los palés de los materiales de construcción, andábamos a ellos como locos.

En esas condiciones. Con ese material de esquí, pero con un material humano de otra galaxia, escribieron los esquiadores de Maraña páginas históricas entre los pioneros del esquí en España, campeonatos Nacionales por equipos e individuales, Campeonatos Regionales, de Educación y Descanso y hasta presencias en la Olimpiada.

Habíamos quedado con Donato para recordar aquella gesta y a aquellos nombres porque, además, el Ayuntamiento de Maraña ha tenido la feliz idea de perpetuar los nombres de estos esquiadores que han hecho historia y les ha dedicado la plaza del pueblo, en diversos puntos de la misma unos paneles recuerdan sus nombres y sus gestas, viven allí, en una plaza que ya para siempre será la Plaza de los Esquiadores, aquellos que fueron conocidos como Los Magníficos.

Allí están los paneles de Acacio Alonso, El Águila del Tobazo (1930-2018); Aurelio Alonso (1925); Alejandro Valbuena (1941); Cundi Rodríguez (1948-2015);Donato Rodríguez (1951), Afredo González Ordóñez, Fero, y la única mujer del grupo, C. Claudia Alonso Villarroel, La Nena (1947), de la que Donato afirma sin dudar:«Esquiaba como nosotros, no se quedaba atrás por nada, miedo ninguno».

Quedamos con Donato para que nos hable de todos ellos y el primer panel ya le emociona un poco. Es un texto general para explicar la iniciativa, en el que se recuerda a estos excelentes deportistas bajo un titular muy elocuente:«De subir a las tablas de madera... a los podios internacionales» y lo ilustra una fotografía de tres niños esquiando: «Este soy yo, y los otros dos mis hermanos, Cundi y Román, estamos ahí en esa ladera que hay donde las cabañas patagónicas que le llaman La Cortina».

- ¿Cundi era tan bueno como dicen?
- Mejor. No es porque sea mi hermano, era técnicamente perfecto. Paquito Fernández Ochoa siempre nos lo decía, «Cundí estaba llamado a ser medalla de oro en una Olimpiada». Estuvo en la Olimpiada de Grenoble, pero aún era muy joven, no tenía ni los veinte años pero llegó aquella cuádruple fractura en el fémur, en los mundiales de Val d’Isere y se acabó su carrera... después se quedó aquí en el pueblo, fue cartero muchos años y no encontrarás a nadie que te hable mal de él; dice emocionado.
- ¿Y Acacio?
- Ya te he dicho, era un espectáculo, sobre todo verlo saltar, en un trampolín casero que hacíamos aquí. Pero era bueno en todo.

En realidad «eran buenos en todo» los de Maraña, «pero en aquellos años el esquí era lo que era, había que buscarse la vida, en muchos casos la familia no quería que esquiáramos, sobre todo las mujeres y fuimos marchando. Fero, por ejemplo,  era muy bueno pero se fue a trabajar a la Seat, estaba allí muy bien mirado y muy reconocido, pero le alejó del esquí». Y siguiendo su recorrido llega a Alejandro: «Mira la foto, de cuando quedó campeón de España. Fueron a buscarlo a Riaño los amigos y lo trajeron casi a hombros, pero nada más».  

- ¿Y la Nena?
- Era, en el buen sentido, como un paisano, como nosotros, tampoco se le ponía nada por delante. Vive en Gijón, tendríais que hablar con ella.

No le falta razón. Y con más nombres de la plaza de los esquiadores pues escuchando a Donato te queda la impresión de que está sin contar una de las más bellas gestas de esta provincia, la de los esquiadores de la plaza de los esquiadores.
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